Uno de los mejores thrillers poliziescos italianos de los años setenta (junto a Revolver, de Sergio Solima), una de las películas favoritas de Quentin Tarantino (como apreciarán en numerosos detalles sus fans), una inolvidable historia de gánsteres (con sus códigos de sangre y honor) y un film de culto que ha marcado el rumbo del cine negro actual: todo eso y más, mucho más, es Milán calibre 9 (1972), de Fernando Di Leo, que solo por su frenético y brutal arranque y su feroz desenlace merece un puesto de honor en su género.
Aunque entre ambas secuencias hay, además, interpretaciones grandiosas (impresionantes Gastone Moschin y Mario Adorf, sin desmerecer en absoluto al resto del plantel de actores, pura imagen del lumpen), planos sorprendentes, escenas de acción trepidantes, un guion redondo (que adapta una novela de Giorgio Scerbanenco) y una dirección, la de Fernando Di Leo, tocada en esta película por el talento y la gracia.
Cine negro del bueno, a la altura de las mejores muestras del género, con un toque kitsch fascinante y lisérgico que absorbe al espectador desde el primer hasta el último plano y le deja clavado frente a la pantalla con ganas de más.
Y todo ello a raíz del botín escondido de un robo, que desata entre el hampa milanesa la violencia y la furia...
Lo mejor del spaghetti western (con mucho de Sergio Leone) y del giallo (con bastante de Mario Bava), combinado con la quintaesencia del noir clásico, en un cóctel explosivo que hará las delicias de los amantes de las emociones fuertes.
Para chuparse los dedos.
Vicente Muñoz Álvarez
Milano calibro 9 in You Tube:
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