jueves, 30 de junio de 2016

SE JODIÓ EL VERANO



un día de estos, nada más comenzar, lo veo ya venir, se va a joder el verano... todos los años pasa lo mismo con la primera lluvia o tormenta, alguien que dice: se jodió el verano, y como poeta de lo trágico y absurdo, es algo que siempre me gusta registrar... 

seguiremos informando


Vicente Muñoz Álvarez


miércoles, 29 de junio de 2016

ALGO PASA



por qué todo me cansa tanto
por qué espero de la vida tanto
por qué me autocuestiono tanto
por qué el mundo me pesa tanto
por qué me decepciona tanto
por qué todo me duele tanto

y sobre todo

por qué veo yo negro
cuando los otros ven blanco

toca repasar
la lección


Vicente Muñoz Álvarez

EL MERODEADOR: Framentos (2).



Volví a Cravan. El poeta boxeador contra Jack Jhonson. Golpe a golpe. Seis asaltos. La Barcelona dorada de entreguerras, su obsesión por Wilde y aquella despedida fantasmal de Mina, esos dos minutos de metraje robados al olvido que preceden, como un epitafio, a su desaparición en el Golfo de México... Logré terminar la película, pero su final, el de Cravan, me desazonó por completo y me hizo pensar de nuevo en L, en ese instante también desaparecido, en dónde estaría, qué le habría pasado, y en otras cosas a las que mi cabeza, pese a intentar evitarlo, se obstinaba una y otra vez en volver.

Vicente Muñoz Álvarez, de El merodeador (ACVF editorial, 2016).


martes, 28 de junio de 2016

EN EL PARQUE



Estoy sentado en este parque 
y es otoño
y las hojas caen
y los niños corren a mi alrededor.

Estaba leyendo algo sobre
los años setenta
y el Movement
y los Black Panther
en un viejo libro
que me dejaron
y que no soy capaz de terminar.

Absorto de todo,
perdido de mí mismo.

Uno de esos días mágicos
en los que sin saber por qué
te olvidas de sufrir
y te entregas incondicionalmente
al presente,
como si la sinrazón
y el tiempo
hubiesen dejado
súbitamente de existir.

Es otoño
y me he puesto a escribir
en este parque este poema
sin preocuparme de otra cosa,
dándome un respiro
y justificando de algún modo
el hecho asombroso de estar vivo.

Mientras caen las hojas de los árboles
y el paisaje fluye de mis ojos
como de un extraño sueño.


Vicente Muñoz Álvarez, de Privado (Baile del sol, 2005).

http://bailedelsol.org/index.php?option=com_booklibrary&task=view&id=245&catid=0&Itemid=427

domingo, 26 de junio de 2016

BESOS ROBADOS



Dentro de la extensa e interesantísima filmografía de Francois Truffaut (abanderado y teórico de la Nouvelle vague), el ciclo de Antoine Doinel brilla con luz propia.

Integrada por cinco películas: Los 400 golpes, Antoine y Collete, Besos robados, Domicilio conyugal y El amor en fuga, este cicclo nos invita a descubrir las motivaciones existenciales de su director, encarnado en un fantástico Jean-Pierre Léaud (protagonista de joyas subterráneas como La mamá y la puta, de Jean Eustache, o Porcile, de Pier Paolo Pasolini) que pone rostro y voz a sus obsesiones.

Desde la aspereza y desolación de Los 400 golpes hasta el divertido y frívolo desenlace de El amor en fuga, Truffaut despliega todo un arsenal de delicias cinéfilas en claves diversas, satírica, crítica, sentimental, de comedia, de suspense e intriga, etc, que conforman un todo homogéneo, magistral y absolutamente entrañable.

Personalmente me quedo con las dos intermedias, Besos robados y Domicilio conyugal, que retratan con una elegancia y sensibilidad exquisitas las venturas y desventuras de la vida en pareja.

Un ciclo, el de Doinel, sin duda alguna inolvidable, que bajo ningún concepto nadie debería dejar de ver.

Vicente Muñoz Álvarez, de Cult Movies: Películas para llevarse al infierno (Eutelequia, 2011, Ebook LcLibros.com).

Besos robados in You Tube:


jueves, 23 de junio de 2016

DÍAS DE RUTA según DAVID VÁZQUEZ


No son únicamente los músicos quienes viven la carretera, hay muchos más que comen el mismo asfalto a diario, pero con distinto regusto. Días de ruta reflexiona, alternando pequeños relatos con poemas, haciendo unos de narrador y los otros de diálogos -o divagaciones- interiores del autor consigo mismo, respectivamente, sobre los extraños que nos habitan.

No es la primera vez que leo a Vicente Muñoz Álvarez. Ya antes me sentí identificado con sus textos, como me ocurrió en Canciones de la gran deriva (Origami, 2012), y aquí me vuelve a pasar. Desde detalles superficiales, como cuando dice en Back home: “se acaba la melancolía y el olor a comida en la ropa, las habitaciones impersonales de hotel y las sobremesas tediosas”, hasta la raíz del poemario, ese refugio común e individual de las cosas sencillas cuando el sistema te machaca. Sí, de golpe; no te aplasta, es más un fin súbito: te machaca. De ahí que, para el autor, la recompensa no sea más que dormir tranquilo cada noche siendo, o habiendo sido, uno mismo.

Hay un punto de inflexión en el segundo capítulo que marca al lector, retando incluso, si se aventura o no a seguir leyendo: “llegado a cierto punto / no habrá ya / marcha atrás // pasarás todas / las fases / de una adicción”. Y continúa mezclando temas como la fugacidad de la vida y la inmortalidad desde la figura de poetas y escritores, cuestionándose el por qué, y más incluso, el para qué de cualquier pelea: “hoy en concreto en la futilidad de vida, para qué esto y lo otro, por qué esto y aquello, si merece la pena esta lucha”, en Futilidad, esa inmortalidad que Escohotado decía sobre Aristóteles. Sin embargo, no todo es introspectivo, también carga contra la situación microeconómica de la calle y de las cadenas de las que se libra con esos pequeños mantras, así dice en Edad: “son casi todo / malos tragos // pero hay algunos / por los que merece la pena / luchar”; o bien “que nada me turbe”, el mantra heredado de su padre como enseñanza: no perder nuestros sueños como metas y ser grises maniquíes del sistema.

Como el musgo, perenne, arrecido de frío para muchos, este, como tantos otros libros del autor, pasará inadvertido (una lástima) como la extrañeza en las sábanas frías Pero no por eso deja de ser una lectura por la vida, por quienes están vivos.


David Vázquez

A la venta en


Oscilante y extremo, nunca aséptico ni imparcial, nunca en el medio: Vicente Muñoz Álvarez nos ofrece un nuevo libro. Indefinible en su estructura: ¿Un cuaderno de poemas? ¿Un diario, personal, de carretera…? ¿Un híbrido de ambos?, en cualquier caso, es un libro fuera de lo común, en el que comparte con nosotros textos muy personales. En DÍAS DE RUTA el autor trata de desterrar todo aquello que le oprime y desconcierta; donde elabora -con la gran estafa de la crisis económica de fondo- un ejercicio de escritura autosanador, a través de la confesión y la poesía. Fantasmas, miedos y traumas, en lucha constante contra la ensoñación de quien se felicita en el hecho asombroso de estar vivo: Welcome to Babilonia (Gsús Bonilla)

martes, 21 de junio de 2016

GAS



todo gas, pienso, porque todo en la vida es así, ilusiones y quimeras, estaciones y ciclos, amores y desamores, recuerdos y sensaciones, nubes que vienen y van... todo en la vida gas, me digo, vaporoso y evanescente, absurdo y aleatorio, efímero y contradictorio... a punto de publicar un libro que se titula así, Gas, otro libro más, y la misma sensación de siempre: en qué tipo de realidad vivo, cómo puede ser todo tan relativo, caótico y emotivo, bello y tremendo a la vez...

cuento

entretanto

las nubes


Vicente Muñoz Álvarez


MERODEANDO



 

domingo, 19 de junio de 2016

OVEJA NEGRA



soy apolítico de nacimiento, creo, o en todo caso y si me dan a elegir, anarquista tal vez, y eso, en momentos de manipulación como este, no está bien visto, lo sé, pero me da igual, jamás he seguido ni seguiré al rebaño, qué le vamos a hacer... perros de derechas no, eso por supuesto, se da ya por hecho, pero de izquierdas tampoco, me empachan de semejante manera, y a veces incluso, por lo hipócrita de su juego, igual o más también... cada oveja con su pareja, sí, pero en mi caso, con perros (de dos patas) no...


Vicente Muñoz Álvarez

EL CUERPO Y EL LÁTIGO



jueves, 16 de junio de 2016

MAREVA MAYO en el BELMONDO BAR



la poesía me ha dado mucho en la vida, me ha salvado del naufragio en más de una ocasión, puede que gracias a ella incluso, cuando torres más altas ya han caído, todavía siga en pie, y me parece de ley devolverle, dentro de mis posibilidades, parte de su regalo... pero hablo, claro, de una poesía insobornable y feroz y al margen de lo que dicta el sistema y el canon, fuera de pasillos y mamoneos, de intrigas e intereses creados, a buen entendedor sobran las palabras... y hablo, ahora, de Mareva Mayo, que para mí, sin duda, es la Poesía... mañana tendréis la oportunidad de escucharla en el Belmondo Bar, nuestra capilla sixtina del arte subterráneo, y os lo aseguro, ella sí que es un regalo...

la historia
se repite

insisto

el talento
y los corazones

no


EL MERODEADOR según ESTEBAN GUTIÉRREZ GÓMEZ



Releyendo "El merodeador",
de Vicente Muñoz Álvarez

Al releer este libro de Vicente Muñoz Álvarez he vuelto a recordar las sensaciones que aquella primera lectura dejaron dentro de mí. “El merodeador” es un libro inquietante, angustioso diría yo, en el que, relato a relato, se va resolviendo un puzle que conforma una obra coral, casi una novela. A medida que avanzan las historias en el libro, aumentan las pulsiones, el desencanto, la melancolía, la locura. El mundo obsesivo de un escritor se muestra con la crudeza natural de la realidad vivida, porque ese mundo obsesivo, es el mundo según la cabeza del propio autor. 

No dejan de bullir en su cerebro los pensamientos. Una y otra vez los mismos pensamientos: llegar a tiempo con el artículo, repasar y memorizar el temario de la oposición, encontrar en el silencio los sonidos de la vida que trata de no escuchar, intentar dormir, lograr descansar, desconectar. Una y otra vez, desconectar. Algo tan simple y tan necesario, pero que nunca consigue.

Thomas Bernhard está muy presente en la narración. Su desencanto y su frustración, su alejamiento social. La lectura de las obras del escritor austriaco puede gustar o no gustar pero, en cualquiera de los dos casos, dejará marcado a quién se haya acercado a ellas. Esa cicatriz la consigue también Vicente Muñoz Álvarez con estos textos.

Decir también que Vicente Muñoz con este libro ofrece un muestrario de técnicas literarias para conseguir el tono narrativo y el ritmo adecuado para angustiar al lector: la meticulosidad en las descripciones, la narrativa circular alrededor de los temas dominantes, la segmentación profusa de las frases, cortas, medidas, los enlaces entre temas, la repetición de palabras clave. El poder de su descripción, profusa y lenta, consigue imágenes que el lector no podrá borrar de su cabeza jamás. El personaje del relato “El lunar” es un buen ejemplo de ello.

Vicente Muñoz Álvarez publicó“El merodeador” hace bastantes años, y aún sigue vigente. Esta reedición contiene un par de relatos nuevos que, a mi modo de entender la literatura, logran la esfericidad de toda la narración, cerrando el círculo (o, mejor, y tratándose de este libro tan obsesivo: cerrando la elipse, para que, sin ninguna tregua, vuelva a comenzar).

Personalmente me parece uno de los mejores (si no el mejor) trabajo narrativo de Vicente Muñoz Álvarez.


Esteban Gutiérrez Gómez


A la venta en 


martes, 14 de junio de 2016

CUNA DE ESTRELLAS



León

cuna
de estrellas


pero no hay
telescopios

ni ojos

que reparen
en ellas


Vicente Muñoz Álvarez

lunes, 13 de junio de 2016

sábado, 11 de junio de 2016

jueves, 9 de junio de 2016

ANTIGUAS BRUJERÍAS



hay cosas que, por lo espectacular y terapéutico de su simbología, como los prodigios de antaño, hay necesariamente que compartir y contar: ayer por la noche, sobre las colinas oníricas de Playa de Vega, en el horizonte hirviendo como una balsa de mercurio el mar, atravesando senderos umbrosos, casas abandonadas de indianos y cementerios victorianos, después de tomar unas sidras con un amigo en la terraza de un bar, cientos de luciérnagas iluminando el camino regreso a la playa, tantas quizás como estrellas, pensé, arriba o abajo, dónde está el cielo, el milagro y la rosa, el grial y la perla, el norte y el mar...


Vicente Muñoz Álvarez

LUCIÉRNAGAS



el punto de vista y la perspectiva, en eso, repito a menudo, consiste todo... la perspectiva y el punto de vista, al fin y al cabo, porque según con qué prisma y encuadre enfoques la (misma) realidad, todo cobra como por arte de magia (blanca o negra) uno u otro sentido... 50 años caminando por las sendas intrincadas del mundo y la misma o semejante verdad: todo depende del color del cristal a través del cual se mire... según estés, te sientas y proyectes, todo de uno u otro color... a veces monstruos y paranoias, otras luciérnagas y prodigios, vamos todos, en cualquier caso, por el mismo camino... qué ves o veo frente al mismo horizonte, olas que vienen y van y cobran, según las nubes que por encima de nosotros pasan, diferentes graduaciones y tonos, y por qué para uno y otro son, según nuestro punto de vista, de diferente color, no lo sé, pero sí que es así, hay cientos de universos dentro de este y todo es, en cada uno de ellos, tan imprevisible y azaroso, subjetivo y extraño, que es inútil, supongo, sacar conclusiones, etc... 


Vicente Muñoz Álvarez

lunes, 6 de junio de 2016

CUADERNO DE CAMPO



a los que, a saber por qué extraños resortes, salvo con lo regular, con lo bueno y lo malo se nos eriza a diario la piel, nos gusta compartir estados de ánimo y situaciones, nuestras oscilantes y tormentosas vidas, que son en última instancia la base de todo lo que proyectamos, lo absurdo y sublime, lo efímero y pasajero, lo maravilloso y lo trágico, y cómo nos atraviesan como perdigones las cosas el corazón, y de eso y todo lo demás que hemos gozado y sufrido y aprendido, vamos dejando huella... viajes, ilusiones y desengaños, pequeñas gestas y gestos, para los que escribimos y decidimos algún día que nuestra realidad supera a la ficción, son nuestro cuaderno de campo... y como hay que contarlo, salvo lo regular, si eres de esos, todo, nuestros poemas se llenan de estigmas y cicatrices, pulsiones y emociones, que a algunos, según su forma ser y sentir, les llegarán y a otros no, eso en el fondo da igual... pero hay días en los que en nuestros ojos brilla radiante el sol, frente a la deriva y la herida, horas de tregua y celebración, y esos son, aunque no abunden ni lo parezca, de los que más nos gusta hablar... hoy es uno de ellos, sin motivo aparente, sin más ni más...

soplo entretanto
mis velas


Vicente Muñoz Álvarez

MÚSICA DE VENTANAS ROTAS: Homenaje a John Fante.

 

Francesco Spinoglio

una pequeña música de ventanas rotas…
Charles Bukowski

Hace unos meses se me ocurrió la idea de reunir a unos cuantos escritores para homenajear con una antología al maestro John Fante, para mí el mejor narrador de, al menos, los últimos dos mil años. Estaréis pensando: Estamos hasta el coño de antologías, ¿por qué otra? Ya lo sé, por eso voy a hacer un pequeño matiz. Bueno, dos pequeños matices. Primero: hay un montón de escritores cojonudos que escriben en lengua castellana y que nadie conoce porque la casta literaria lo ha copado todo con sus vertidos tóxicos. Segundo: he seleccionado cuidadosamente a los pocos autores que participan dejando a un lado las amistades, el colegueo y todos esos estúpidos compromisos que se supone que uno va cosechando en el mundillo literario y que siempre te acabas encontrando en las antologías (Ejemplo: Fulanito tiene que participar porque en su momento me reseñó un libro. Fuera esa mierda). He separado a la persona del escritor, pasándome por el forro de los cojones el caché, los premios literarios que uno haya podido recibir y el trabajo que desempeña en su vida diaria. He recibido casi doscientos relatos en poco más de tres meses, y considero que si un chaval de veintipocos años que no ha publicado un libro en su puta vida y a quien nadie conoce escribe mejor que un profesor de escritura creativa o que un director de alguna revista, merece estar en la antología con toda legitimidad. Ya sé que el orgullo del sabelotodo se resiente, pero es lo que hay. Conmigo no se amaña nada, así de claro, ya que para eso están los premios. He utilizado mi humilde criterio, cuestionable o no, pero os aseguro que hay más rabia y calidad literaria en muchos escritores anónimos que en los paquetes que nos venden en los medios y que encima van de intelectuales. No quiero divagar demasiado y creo que lo mejor es dejaros en compañía de estos dieciocho guerreros de las palabras, quienes harán todo lo posible para llegar hasta lo más hondo de vuestro corazón. Un agradecimiento especial a mi amigo Dan Fante, fallecido hace unos meses, por todo su apoyo y por habernos cedido uno de sus maravillosos poemas. Como me repetía a menudo, lo único que importa en la escritura es seguir escribiendo día tras día; todo lo demás son gilipolleces. Te quiero, Dan, estés donde estés.

Me despido con esta carta que me escribió mi padre cuando, al cumplir veinte años, abandoné mi hogar familiar y me lancé a la aventura por tierras de España. Gracias a mi viejo descubrí a Arturo Bandini, famoso alter ego de John Fante, y traté de seguir sus pasos con menor o mayor fortuna. 

¡Buena suerte, Arturo Bandini!

Buena suerte, ya que es lo mínimo que te mereces como premio por el coraje que has demostrado y que sólo pertenece a los que son “diferentes”; un coraje que te permite por fin vencer al destino rufián y mezquino que siempre ha intentado pararte los pies con una maldad casi diabólica. Un destino que te ha proporcionado un gran talento, hasta abrirte las puertas para alcanzar cualquier sueño en el que ninguna meta te pareciera imposible, para luego desilusionarte diseminando por tu camino de gloria trampas insignificantes que conseguían frustrar todos tus esfuerzos y todas tus tentativas de éxito.

Leí en una novela que no hay nada más triste que un genio que tropieza con la banalidad del destino. Es una verdad suprema, pero ahora suena otra música. ¡Échate para atrás toda la mierda que tienes acumulada y empieza de nuevo! ¡Entra en tu nueva vida con la seguridad del héroe rebelde que alcanzará el éxito! 

Desde hace tiempo supe que un día de estos te irías. Tuve la confirmación de eso en Verona, cuando te llevé a la plaza a jugar y tú te pusiste a perseguir a las palomas. De repente, cansado del juego, te fuiste solo hacia una calle secundaria con el paso firme y seguro del hombre maduro que ha tomado una decisión y que ya no quiere volver atrás. Entonces sólo tenías tres años, pero ya se había encendido una chispa en tu mente que con el tiempo se convertiría en un fuego indomable: el fuego del genio. En aquella ocasión supe que nos dejarías pronto.

Recuerdo también una frase que leí en el Hospital Infantil de Trieste, enmarcada y colgada en la sala de espera. Decía: Vuestros hijos no os pertenecen, aunque viváis juntos. Podéis amarlos, pero no obligarlos a vuestros pensamientos, porque ellos tendrán su propia forma de pensar. Podéis cuidar de sus cuerpos, pero no de sus almas. No queráis que se parezcan a vosotros, sino intentad imitarlos. Vosotros sois los arcos y vuestros hijos las flechas que se dispararán lejos.

Pues así es. La flecha ha sido lanzada muy lejos, y a este pobre arco sólo le queda consolarse con su dolor, un dolor que es bueno vivir, como si fuera un sacrificio en aras de tu felicidad.

Estoy orgulloso de tu decisión y te admiro por algo que yo jamás haría.

Seguramente añoraré las cenas y las conversaciones que mantuve contigo, pero sobre todo añoraré a un amigo, quizá el único verdadero amigo que he tenido en mi vida. Espero que des señales de vida y te mantengas en contacto con tu familia.

¡Buena suerte! En tu porvenir hay sitio para todo, desde ser limpiabotas hasta aspirar al premio Nobel; de todos modos, intenta saborear la felicidad y pasa de lo que digan los demás. Cultiva tu diversidad como un bien preciado, pero acuérdate de que no hay que despreciar la normalidad. En toda película es menester la aparición de actores secundarios.
¡Buena suerte, Arturo Bandini!

Tu Padre

Buena lectura.
*

José Angel Barrueco

Mapas, círculos, huellas

Tengo miedo, no soporto
que mi propia obra me desnude
John Fante

Algunos círculos literarios se cierran cuando uno menos lo espera. No puedo precisar la fecha exacta en que empecé a leer a John Fante (1909 – 1983). Calculo que sería a mediados de los 90, quizá un poco antes. Recuerdo que supe de su obra gracias a Charles Bukowski, que lo cita en varios de sus libros, y a Ray Loriga, que lo mencionó en algunas entrevistas de la época.

No pude conseguir sus novelas Espera a la primavera, Bandini y Pregúntale al polvo (publicadas, entonces, por Paidós Ibérica) en ninguna de las librerías de mi ciudad. Las encargué en un par de establecimientos y nunca me las consiguieron. Pero en la Biblioteca Pública constaban en la sección de préstamo. Yo poseía carnet de usuario y era un lector de raza. Cuando uno no tiene dinero encima y ni siquiera trabaja aún, la biblioteca de su barrio, cualquier biblioteca, se convierte en un venerable templo que necesita visitar a diario.

Me llevé a casa ambas novelas. Hay unos cuantos escritores que te sacuden la cabeza, que te trastornan, que logran cambiar tu percepción del mundo y de la literatura. Escritores como Louis-Ferdinand Céline, Thomas Bernhard, J. G. Ballard, Samuel Beckett, W. G. Sebald o William Burroughs.Escritores como John Fante. Porque John Fante era la hostia, ya sólo en los comienzos de sus libros: Avanzaba dando puntapiés a la espesa capa de nieve. Hombre asqueado a la vista. Se llamaba Svevo Bandini y vivía en aquella misma calle, tres manzanas más abajo. Tenía frío y agujeros en los zapatos. Estas cuatro frases encierran una novela entera. Ya lo son todo.

O en Pregúntale al polvo, que arranca con Arturo Bandini en la cama de una pensión de Bunker Hill, tratando de afrontar su deuda con el dueño. Y resuelve el dilema apagando la luz y echándose a dormir.

Arturo Bandini. En las diatribas cómicas y furiosas que poblaban sus páginas hallé la rabia y el entusiasmo, el llanto y la risa, la piedad y la culpa, la búsqueda de la fe y el tormento del pecado. La prosa de John Fante es como subirse a un tren que no se detiene, y que te muestra tanto los paisajes áridos como los parajes líricos. No conseguí aquellas ediciones e intenté robar los libros de la Biblioteca Pública. Durante días planeé cómo hacerlo. Una de las estrategias incluía sacarlos por una de las ventanas, que daban justo al empedrado de la plaza exterior. Los dejaría al pie de las rejas y saldría corriendo a buscarlos. Luego me acometió la duda: ¿y si me cazan, qué ocurrirá entonces?

Descarté la idea, pero volví a releer ambas novelas, enamorado de sus frases, de su música, de sus personajes, del carisma de su escritor. Unos años después encontré La hermandad de la uva (publicada por Ultramar, que la tituló La cofradía de la uva), en una feria del libro viejo. También me fascinó y la incorporé a mi biblioteca.

Tuve que esperar al año 2001, cuando Anagrama empezó a reeditar las viejas obras y a traducir las que permanecían inéditas: Espera a la primavera, Bandini, Pregúntale al polvo, Camino de Los Ángeles, Sueños de Bunker Hill, La hermandad de la uva, Un año pésimo, Al Oeste de Roma (que agrupa Mi perro Idiota & La orgía), Llenos de vida y El vino de la juventud. Desde entonces he leído las que no conocía y releído las antiguas, y he tomado frases para algunas de mis historias, y he utilizado a Fante en novelas, en artículos, en reseñas y en relatos.

No puedo precisar la fecha en que empecé a leer a John Fante. Sí puedo precisar la fecha en que el escritor italiano afincado en España, Francesco Spinoglio, se puso en contacto conmigo (porque por entonces ya usaba el correo electrónico y mi cuenta de Hotmail conserva cada una de nuestras conversaciones): el 27 de marzo de 2008. Me escribió, me revela el mail, porque yo había citado en un artículo a Dan Fante (escritor, hijo de John, y del que una editorial anunciaba una traducción que jamás se publicó). Él, añadió, solía contactar a menudo con Dan.

Nuestra admiración por los Fante fue el primer hilo con el que cosimos nuestra amistad. Luego escribí un prólogo para su novela Camino de la gloria. Nos hemos ido viendo desde entonces algunas veces, y nos hemos escrito muchos correos. Entre nosotros habitan el respeto y la fidelidad.

En 2010, Dani Osca y Julio Casanovas, responsables de Sajalín Editores, nos anunciaron que iban a publicar Chump Change, de Dan Fante. Para presentar el libro en España, en concreto en Madrid y en Barcelona, querían traer al autor. Y nos pidieron a Francesco y a mí que oficiáramos de maestros de ceremonias.

La novela se publicó en marzo de 2011, tres años justos desde que Francesco y yo contactáramos. Y la presentación se celebró en Fnac Callao el 9 de marzo de 2011. Conocer a Dan Fante fue un honor. Su prosa conserva la rebeldía de su padre, y también la autenticidad, pero su hijo es más punk, más agresivo, menos tradicional, más postmoderno. Dan apareció con sombrero, anillos, tatuajes y gafas de miope. Admito que su sola presencia era explosiva. Imponía. Al acto acudió poco público.

Y ahora llega el cierre del círculo de este mapa que conecta nuestra amistad con nuestra veneración por los Fante. No sé si fue a propósito o no, y no se lo he preguntado ni se lo preguntaré, pero Francesco me propuso coordinar con él este compendio de textos de homenaje a John Fante un 17 de marzo de 2014. Marzo, otra vez. Parecen huellas de una película fantástica. Pero creo que sólo son rastros del azar, cuando éste se las arregla para que cada pieza de nuestra vida acabe encajando donde corresponda.

De la lectura y selección previa de textos se encargó él. Le estoy muy agradecido por contar conmigo para esta nueva aventura y por liberarme de la responsabilidad de elegir los relatos finalistas. El lector comprobará, como suele suceder en esta clase de ofrendas literarias, que cada cual lo ha hecho a su manera. Algunos citan al escritor. La mayoría no lo hace. Algunos escriben sobre temas similares. Otros casi esconden su influencia entre líneas. Pero todos, es evidente, adoraron a John Fante en algún momento. John Fante, cuyas páginas suelen ser como una explosión de flores amargas.



M.R.JAMES

domingo, 5 de junio de 2016

LA NOCHE DEL DEMONIO



Cuando pensamos en adaptaciones cinematográficas de las obras de los grandes maestros de la literatura de horror (dejando aparte al todoterreno Stephen King), nos vienen a la cabeza las de Edgar Allan Poe, en especial las dirigidas por Roger Corman en la década de los 60, Bram Stoker, Sheridan Le Fanu, Mary Shelley o H.P. Lovecraft, habiendo quedado casi siempre al margen de la pantalla grande otros destacados cultivadores del género, como Algernon Blackwood, Arthur Machen, Robert W.Chambers o M.R. James, cuyos cuentos de fantasmas figuran por méritos propios en las mejores antologías de relatos de terror.

Sólamente Jacques Tourneur, que yo sepa, se inspiró en uno de sus más célebres cuentos, El maleficio de las runas, para rodar esa joya del cine de culto que es La noche del demonio (1957), superando incluso, a mi juicio, al texto original.

Fusionando hábilmente cine negro, de suspense y terror, Tourneur, que ya había dado muestras de su predilección por el género en La mujer pantera y Yo anduve con un zombie, facturó un film opresivo y angustioso, sombrío y amenazador, que nos envuelve lentamente en una espiral de satanismo y magia negra, evocando los más ancestrales miedos del ser humano.

Elegante, atmosférica y claustrofóbica, La noche del demonio conserva casi intacto (salvo por algunos efectos especiales ya desfasados) su malsano poder de seducción, y sin estridencias ni sensacionalismos consigue lo que no logran la mayoría de las películas de terror en la actualidad: dar miedo.

Fotografía, guión, banda sonora e interpretaciones de lujo (fantásticos Dana Andrews, Niall MacGinnis y Peggy Cummins), y la mano sugerente de Jacques Tourneur, en este clásico de serie B que por nada del mundo deberíais perderos.

Vicente Muñoz Álvarez

Trailer in You Tube:


viernes, 3 de junio de 2016

ALLÁ LEJOS



recuperando estados de ánimo y pasión casi olvidados... buenos latidos y amigos, ave fénix o ley del karma, el caso es que así es, ganas de poesía y mar otra vez, o cómo el sentido y las cosas recobran lentamente terreno... como en un sueño decadentista, la sangre en mis venas vuelve a correr, se renuevan neuronas y vísceras, sonidos y colores se corresponden, como en un caleidoscopio van encajando las piezas, los poemas y los corazones dentro mí, imperceptiblemente, crecen los días...


Vicente Muñoz Álvarez


L'EKOLE POETIQUE

 
 
photos by Alejandro Nemonio Aller

READING

photo by Marcelo Óscar Barrientos

miércoles, 1 de junio de 2016

FACE TO FACE


vueltas y vueltas que da como una noria la vida:
mañana lectura poética en el Ekole con mi antigua profe
de Derecho Mercantil (hará cosa de 25 años),
María Angustias Gómez, 
de nuevo face to face

será, cuando menos, 
una entrañable y curiosa velada

let's go

v

MOMBASA CLUB


con Carlos Salcedo, Velpister, 
Silvia D Chica & Yago Ferreiro 
en el Belmondo Bar