Vicente Muñoz acude a su vida para dar contenido a su nuevo libro
El escritor leonés añade a su vasta producción el poemario ‘Animales perdidos’
L. Castellanos / La Crónica de León
‘Animales perdidos’el nuevo poemario del leonés Vicente Muñoz Alvarez (León, 1966), da la palabra a un poeta para que se extienda en la descripción de un período existencial que se extiende durante años y que él deja catalogado en tres entregas: ‘Infierno’, ‘Purgartorio’ y ‘Cielo’. Ese poeta se parece mucho a Vicente Muñoz, es clavado a él, aunque podría ser otra persona cualquiera (tú, yo, él... ¿quién no ha vivido algo así?). Muñoz le da la palabra para que detalle su propia circunstancia desde que un desengaño sentimental le sume en la desorientación, sirviendo así de punto de arranque a la descripción de la evolución de una porción de su vida que va quemando etapas, hasta alcanzar el brillar de la esperanza y la ilusión. “Reconstruye una travesía vital y poética desde la penumbra hasta la luz. Desde el atosigamiento de los infiernos interiores hasta el reencuentro con el amor y con la estabilidad anímica, pasando por ese desasosiego de quien está desorientado y ya no se ve capaz de encontrar de nuevo su lugar en el mundo”, ha escrito en el prólogo del libro el zamorano José Angel Barrueco.
La aparición de ‘Animales perdidos’ coincide con la reciente presentación de otro libro de Muñoz, la reedición de ‘Canciones de la gran deriva’, y como aquel cuenta con ilustraciones de la artista leonesa Julia D. Velázquez. Baile del Sol es la editorial que ha auspiciado la edición del poemario, la misma para la que el autor leonés firmó los poemas de ‘Privado’ (2005) y ‘Parnaso en llamas’ (2006) o los relatos que articulan ‘El merodeador’ (2007). Además, ‘Animales perdidos’ llega al mismo tiempo que ‘Una navidad de muerte’, suma de relatos de autoría variada que disfruta también de la participación del siempre prolífico Vicente Muñoz.
La vocación autobiográfica del nuevo poemario de Vicente Muñoz se conjuga bajo el aliento de temas especialmente familiares en la obra de este: la soledad, la angustia, el miedo, la acción depredadora del tiempo... Sin embargo, tal y como indica Barrueco, “su progresión acaba siendo distinta en cuanto a temática e intenciones”.
Dos citas de Malcolm Lowry ocupan la primera y la última página de este dietario íntimo: ‘No se puede vivir sin amar’ y ‘¿Le gusta este jardín, que es suyo? ¡Evite que sus hijos lo destruyan!’, respectivamente. Entre una y otra se van a acumulando una serie de poemas que hacen frente a la realidad emocional del protagonista, desde el desencanto que le produce la ruptura al estallido final del amor. Son versos dominados por la motivación de la existencia, versos que se someten a toda clase de peripecias y que aluden al sentir de su protagonista. Resumen cinco años en la vida de Vicente Muñoz Alvarez a través de un lenguaje que nace de la entraña. Es literatura hecha bajo el cobijo de la sinceridad y donde no falta la reflexión acerca de los entornos sociales y de la situación de crisis en la que andan sometidos sus pobladores.
Cada parcela del libro obliga al desahogo de Vicente Muñoz Alvarez, entroncándolo en muchas ocasiones con el poso que le han dejado algunos de sus escritores favoritos, entre ellos los integrantes de la generación beat: Kerouac, Ginsberg, Burroughs...
Muñoz Alvarez da un paso adelante en su trayectoria y añade un nuevo referente a su vasta producción con ‘Animales perdidos’, que conocerá en breve presentación en León. Mientras, él sigue preparando una nueva entrega de la revista Vinalia Trippers, sin duda alguna de sus proyectos más queridos.
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