viernes, 29 de septiembre de 2023

CONSOLAMENT



normalmente
no es un hecho aislado

sino un cúmulo de cosas
lo que rompe al hombre

trozo a trozo
pedazo a pedazo
golpe tras golpe

hasta hacer
de sus cenizas otro

luego el diluvio
y el cambio de piel

después los brotes

Vicente Muñoz Álvarez

miércoles, 27 de septiembre de 2023

FIESTA DE LOS MANIQUÍES

 

Siniestros maniquíes de los años 70, hieráticos y lascivos, hipnóticos y seductores, rígidos y tentadores, maniquíes de tiendas de saldo y peluquerías de barrio, perversos maniquíes enquistados en mi cabeza... Pienso ahora en aquellos años, cuando era niño, y directamente me vienen a la memoria, como una metáfora de aquel régimen represivo, inmovilista y podrido, clavando sus ojos penetrantes en mí, sumisos y suplicantes, aquellos maniquíes inquietantes y aquella melancólica canción de Serrat, De cartón piedra (sobre todo un fragmento: no era como esas muñecas de abril, que me arañaron de frente y perfil, que se comieron mi naranja a gajos, que me arrancaron la ilusión de cuajo), que recurrente y asociada siempre a ellos resuena en mis oídos una y otra vez... Maniquíes tenebrosos de El diablo se lleva a los muertos y Maniac, de El asesino de muñecas y Todos los colores de la oscuridad, de Trampa para turistas y El beso del asesino, o excitantes y voluptuosos maniquíes de No es bueno que el hombre esté solo y Tamaño natural... Maniquíes gimiendo y llorando y suplicando en mi subconsciente, su mirada nostálgica, su tristeza infinita, sus pestañas postizas, sus labios rojos y aquella estremecedora canción (yo le hablaba de nuestro futuro, y ella lloraba en silencio, os lo juro) sonando como un réquiem dentro de mi cabeza...

Vicente Muñoz Álvarez,
de Regresiones

Nueva edición ampliada en LcLibros:



domingo, 24 de septiembre de 2023

THE MEPHISTO WALTZ



The Mephisto Waltz
(en España Satan mon amour, 1971), de Paul Wendkos, es un descenso delirante al submundo del satanismo, la metempsicosis y los cambios de cuerpo, que conserva aún su aura de pesadilla, como de mal viaje de tripi, y consigue en más de una secuencia helarnos la sangre en la venas. 

Basada en una novela de Fred Mustard Stewart, la película de Wendkos sigue la estela de algunos éxitos taquilleros del cine de horror de la época, en especial La semilla del diablo, de Roman Polanski, sumergiéndonos en una escalofriante espiral de intrigas y posesiones diabólicas al estilo de H.P. Lovecraft (El ser en el umbral) o Edgar Allan Poe (Ligeia). 

Una banda sonora inolvidable (a cargo de Jerry Goldsmith), las interpretaciones de los protagonistas Alan Alda y Jacqueline Bisset, un guion perfectamente hilvanado y un final descorazonador, hacen de esta película no demasiado conocida una pieza para coleccionistas, a la altura de los clásicos imprescindibles del género. 

Aunque, al margen de todo ello, quizás lo más inquietante sea la atmósfera de amenaza y tragedia inminente, casi palpable, que flota sobre todas las secuencias y planos del filme, y la tensión contenida con la que Wendkos nos arrastra a las puertas del mismísimo infierno. 

Para chuparse los dedos.

Vicente Muñoz Álvarez,
de Cult Movies 2: Películas para la penumbra
(LcLibros, 2018)



viernes, 22 de septiembre de 2023

QUÉ BALA



cuidarse
hasta morir
de desgaste

o descuidarse
hasta morir
cuando venga la muerte
a llevarse tus ojos

como escuchar
unos labios cerrados
que te besan el corazón

con amor

qué bala

Vicente Muñoz Álvarez

miércoles, 20 de septiembre de 2023

SENDEROS DE GLORIA



aquí y ahora

en plenos días ruta

rodeado de muestras
de calzado

en mi refugio de Villaobispo
después de toda la mañana
con mi padre en el médico

y de escuchar sus achaques
como un parte de guerra
a los 92 años

mis 57 y problemas
me parecen una trinchera

y él un héroe

todavía

luchando

Vicente Muñoz Álvarez

martes, 19 de septiembre de 2023

GALAHAD



la ruta
un año más

como la búsqueda
del Grial

el calzado
la esencia
el sentido

algo inalcanzable
que está más allá

yo en la Transporter

Galahad

Vicente Muñoz Álvarez

lunes, 18 de septiembre de 2023

DETOUR



el norte
el rumbo
la armonía
la senda

hacia el equilibrio

en los días
de ruta

como el nirvana

tan lejos

Vicente Muñoz Álvarez

lunes, 4 de septiembre de 2023

COMO JACK & NEAL



Se lo contaba el otro día a Manuel Cuenya cuando nos encontramos remando al viento en la playa de Barro, y es una historia recurrente ya en mí, supongo, en cuanto sale a colación el nombre de David González, que como el de Annabel Lee, hace ahora temblar al aire... Cómo nos sentimos juntos, hace casi tres décadas, cuando nos conocimos, Jack y Neal, él Neal y yo Jack, yo Jack y él Neal, por la cantidad de similitudes que entre los cuatro había: él del mundo del lumpen y yo de la universidad, él a cien por hora y yo a cincuenta, él hiperrealista y yo más nostálgico, él un torbellino y yo una calima, él urbanita y yo más de campo, él ex presidiario y yo comercial de calzado, él naturalista y yo más romántico... Y con ello y Jack y Neal (a los que amábamos por encima de todas las cosas) por bandera, y la poesía autobiográfica como horizonte, fantaseamos durante mucho tiempo, años, lecturas, festivales y miles de kilómetros sobre el asfalto, con esa quimera en nuestras cabecitas locas, no sé cuál más, si la suya o la mía, pero con esa fantasía en concreto, parecernos a Jack y Neal... Querido David, estés donde estés ahora, no olvido nuestros proyectos y carreteras: que lo sepas...

Vicente Muñoz Álvarez

REGRESIONES en REVISTA QUIMERA



Vicente Muñoz Álvarez regresa a los lugares comunes de su infancia, adolescencia y juventud a la búsqueda de los materiales con los que forjó su carácter y la forma personal que tiene de entender la vida. Regresiones no es una sucesión de historias o anécdotas de aquellos tiempos, es mucho más que eso. Con un estilo visceral, Vicente Muñoz Álvarez trascribe sobre el papel lo que le llega al recuerdo de lo que entonces era su vida. Y lo hace en forma de pequeñas píldoras, de dosis medidas pero llenas de intensidad. Se suceden las enumeraciones de lugares, de amigos, de garitos, de bandas, de lecturas, de momentos que le hicieron ser como es, añadiendo una nueva pieza al puzle personal que contiene en el interior: el puzle de su alma.

El edificio siniestro que provocaba las más terribles pesadillas, las noches de sábado viendo el festival de Eurovisión, aquél juguete que le permitió saber que la imaginación no tiene límites, la crueldad de la manada frente el niño diferente, los severos correctivos en el colegio religioso, televisión española y UHF, Historias para no dormir que conseguían su perverso efecto, el poder de viajar más allá de las estrellas sin salir de la habitación, la fascinación por las rocas y los animales de acuario, la atracción por el horror, la curiosidad satisfecha con un microscopio, el poder de los nunchacos, el hogar en los salones recreativos, pijos, frikis y manguis, revistas eróticas para adultos con las páginas pegadas, los irrepetibles y libertarios años 80, las bandas y la movida de León, los héroes salvajes que no tuvieron miedo a la aguja, las noches eternas, el estallido de la cultura subterránea, la universidad que huele a humedad frente a «aquí tengo una batería y ganas de golpear», el triste encanto del perdedor y el deseo de ser maldito, la fórmula secreta bajo la lengua, el poder de la amistad, cuarenta y dos maletas llenas de zapatos de un solo pie.

Las tres primeras partes del libro (La dictadura –estigma–, La transición –fiesta– y Los 80 –héroes–) son fogonazos de recuerdos no censurados que esconden las claves de lo que Vicente Muñoz Álvarez es hoy en día. La impresión que da el libro en una relectura es que nos dibuja con sus enumeraciones una figura interior que apenas está esbozada sobre el papel, pero que contiene todo lo necesario para identificarle. Como si fuese un iceberg, nos muestra un diez por ciento de su contenido para decirnos que abajo, detrás o dentro de él, está el noventa por ciento restante.

La cuarte parte del libro (Días extraños –temblor–) nos sitúa en la realidad del autor leonés en el momento justo de volcar sobre el papel los recuerdos durante varios meses del año 2014. Esta es la parte que justifica lo que ha llegado a su cabeza, el porqué de la búsqueda, la necesidad de agarrarse a algo, de tener una brújula que le oriente en el ciclo del cambio que está viviendo. Pero en realidad, Vicente Muñoz Álvarez lo que busca es reafirmarse a pesar de todo y de todos, y proclamar que sus valores (soledad, fidelidad, amistad, dioses de las montañas y del bosque, tribu, proyectos, escritura, literatura, verdad) son los que le hacen vivir y son los que le sacan del abismo, y que esos valores están dentro de los tres capítulos anteriores, que aquellos años estuvieron bien, que fueron vividos con intensidad, pero que por delante hay más madera que quemar porque faltan todavía muchas hogueras. «Perseguir el ideal, el espejismo y la perla, tras la apariencia cotidiana de las cosas… también en ello / pluma en mano / continúo.»

La huida hacia adelante, el exorcismo de la escritura de este libro, le afirma en su lucha «para evadirme del otro horror, el auténtico y verdadero: esta sociedad podrida que el hombre ha creado, la hipocresía, la política y el capitalismo…»

A modo de colofón se añade una quinta parte al libro (Coda), donde los amigos de entonces narran historias en las que el autor leonés es actor principal, y que contienen los valores y los lugares comunes que Vicente Muñoz ha mencionado anteriormente, entretejiendo y reafirmando las sensaciones del autor, cerrando el círculo de forma perfecta.

Como dice Julio César Álvarez en el prólogo, Regresiones es «un canto al tiempo que no volverá. De ahí su increíble magnetismo.»

Al fin y al cabo la vida se compone de regresiones, de tensiones no resueltas.


Esteban Gutiérrez Gómez,
en Revista Quimera Nº 380-381, Julio 2015.

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