jueves, 29 de abril de 2021

QUÉ CONTAR, QUÉ ESCRIBIR, QUÉ FILTRAR



Día a día, paso a paso, lenta y desesperadamente, dadas las circunstancias, voy visitando a mis clientes y cubriendo como un zombi la ruta, la tercera ya de ruina y caos como autónomo, en unas condiciones que jamás imaginé: comiendo bocadillos bajo la lluvia en terrazas de ciudades ardiendo, cenando en habitaciones de hoteles de carretera, bajando alarmantemente las ventas en cada visita que hago, y sobre todo, poniéndome al día de lo que realmente pasa en mi gremio, el calzado y las tiendas, al margen de mis ensoñaciones poéticas: que no venden, que no tienen ayudas, que lo que cuentan por la televisión no es verdad, que están dejándose los ahorros de toda su vida para intentar mantener su negocio abierto, en suma: la pura y deprimente realidad.... Y el otro discurso, el paralelo, de los que no sufren (o quieren ver) la crisis económica de la pandemia: no quejarse, no lamentarse, no llorar... Complicado dilema, qué contar, que escribir, qué filtrar, para un poeta social, sin duda...

Vicente Muñoz Álvarez

viernes, 23 de abril de 2021

CINEXÍN 1974



Me pidieron un cuento "amable" para una antología sobre la Navidad, todo un reto para mí, que ya sabéis que no lo soy demasiado escribiendo, y ayer, en un paréntesis de la ruta y el calzado, sin saber cómo abordarlo, me senté frente a la pantalla del ordenador, cerré los ojos y me dejé llevar, sin más ni más, por mis cinco sentidos, recordando aquellas entrañables y fellinianas Navidades de los años 70 en casa de mis abuelos, cuando el mundo aún era mundo: como anticipo, un pequeño fragmento: el resto, ilustrado por Álvaro Collar Muñoz, sangre de mi sangre, como el Almendro, ya en Navidad:

"Pura magia y ensoñación todo aquello, para mí al menos, evocado hoy, aquí y ahora, con cincuenta y cinco y en plena pandemia, aquellas gloriosas navidades de los años 70, al borde ya de la Transición y de una España nueva, todos felices en aquel pequeño piso de las afueras, embriagados por aquel olor a consomé y langostinos y cabrito y pimientos asados, y arrebatados, como diría el mago Iván Zulueta, por el espíritu de la Navidad... Cierro ahora los ojos para intentar reproducir en mi mente aquellas Nochebuenas, la de 1974 en particular, y es como saborear y oler y sentir y ver y escuchar otra vez todo aquello, mi magdalena de Proust personal, pura sinestesia y desorden de los sentidos, las risas de mis tías y primos, el sabor de aquel consomé y el olor de los langostinos en los dedos, los villancicos sonando de fondo, las conversaciones cruzadas, las serpentinas y las bengalas, las burbujas del cava y el crujir del turrón, la pierna chirriante de madera de mi abuelo (mutilado de guerra), el tacto gomoso de las cartas de la baraja tras la cena y los reflejos caleidoscópicos de las bolas navideñas y el espumillón..."

Gracias, José Ignacio García, por haberlo logrado.


Vicente Muñoz Álvarez

miércoles, 21 de abril de 2021

AGOTADO



de escuchar
de condescender
de contemporizar

de callar
de obedecer
de no entender

como persona
como autónomo
como escritor

agotado

de esperar

mejores tiempos


Vicente Muñoz Álvarez


viernes, 16 de abril de 2021

COMING SOON


Dentro de muy poco, mis relatos más salvajes y viscerales, sangre para Drácula, carne para Frankenstein, en Versátiles Editorial: id reservando butaca...

Vicente Muñoz Álvarez

jueves, 15 de abril de 2021

I'M MOVING


Volver de Gijón de puntillas, conduciendo entre las llamas, al filo de la navaja, bajo el volcán, e improvisando en plena pandemia sobre la marcha, todo tan raro y extraño, hoteles y restaurantes cerrados, la playa desierta al anochecer, una realidad aparte, como quien dice otra ciudad, y yo intentando vender zapatos contra vientos y mares, zapatillas más bien (porque otra cosa no se vende ahora, que llevamos un año sin salir apenas de casa), y qué mundo tan inhóspito y cruel nos está tocando vivir, qué distopia y conjura de los necios es esta, pienso, pero siempre presente en la ruta la misma consigna también: que nada me turbe, que nada me espante, o me derrumbaré: Santa Teresa (y mi padre, que la citaba siempre) tenía razón...


Vicente Muñoz Álvarez

photo by Marlus Leon

jueves, 8 de abril de 2021

PASO DEL FUEGO



volver
de la guerra
a casa

caminando
sobre las brasas

aún queman
los pies


Vicente Muñoz Álvarez

domingo, 4 de abril de 2021

DESDE NASSAU CON AMOR



Lo mejor de los ácratas, si es que aún queda alguno en este devastado planeta, es que estamos al margen de la política y los tejemanejes del mundo, corsarios y bucaneros, hogueras y trincheras, dictaduras, tecnocracias y oligocracias, y podemos observar imparcialmente y en cada momento de la Historia, pase lo que pase en la Tierra, lo que otros no ven... Tiene su punto bueno y malo, el asunto, poética y existencialmente hablando, como todo en la vida, los ninguneos, el ostracismo y el desencanto, por supuesto, pero también el privilegio y honor de poder contar las cosas como realmente suceden y son, pura distopía, sin filtros ni ataduras, sin cadenas ni banderas, libres y auténticos... 


Vicente Muñoz Álvarez

MI VIDA EN LA PENUMBRA: Fragmentos (5)



Aunque ahora soy el que prefiero, mi desdoblamiento más gozoso, con las ventanas de mi corazón abiertas, desordenando mi cabeza el temporal. Del caos del cielo y las palabras, del bienestar fingido y del sosiego, de la magia de la vida que duplica la horrible sensación que queda atrás: yo el doliente, el intruso, el lobo, el puercoespín... Yo como animal enfermo... Regreso a la matriz. El fulgor del firmamento para perder el respeto a los fantasmas, tantas ruinas abrasándonos la piel, la apremiante sensación de huida, de escapada, de carrera frenética hacia ningún sitio... Sabiéndome de nuevo impropio, repasando por instinto mis recuerdos, haciendo de mi vida más historia... Porque todo es siempre igual, ese sentirse extraño en el camino, como ajeno, desproporcionado frente al sueño...

Vicente Muñoz Álvarez,
de Mi vida en la penumbra
(LcLibros, 2020)



sábado, 3 de abril de 2021

EL CARNAVAL DE LAS ALMAS



OTRA de las perlas del cine gótico norteamericano que pasó casi desapercibida en su día y que con el transcurso del tiempo se ha convertido en un clásico de culto: El carnaval de las almas (Carnival of Soulds, 1962), de Herk Harvey.

Los que no la hayáis visto aún, reconoceréis en ella el germen de otras grandes películas (desde El Sexto sentido a Los otros, pasando por La noche de los muertos vivientes o Silent Hill) y disfrutaréis, estoy seguro, con su extraña poética.

No es, desde luego, una obra maestra (adolece de todos los vicios de cualquier serie B: bajo presupuesto, actores de segunda fila, lagunas e incongruencias), pero sí una película atípica y claustrofóbica, onírica y experimental, como fuera del espacio y el tiempo, que se queda grabada a fuego para siempre en las neuronas.

La fantasmagórica fotografía en blanco y negro (de Maurice Prather), las aterradoras visiones de la protagonista (Candace Hilligos), el sorprendente guion (de John Clifford) y muy en especial la perturbadora banda sonora (de Gene Moore), contribuyen a potenciar ese clima tenso y enrarecido que la caracteriza, casi único en su género.

Como curiosidades: el cameo del propio director, Herk Harvey (esta fue, por cierto, su única película), como principal aparecido, y el decadente Saltair Pavilion, en Salt Lake City (Utah), donde se rodaron varias escenas, que por sí solo pone la carne de gallina.

Vicente Muñoz Álvarez,
de Películas que erizan la piel
(Canalla Ediciones, 2019)




jueves, 1 de abril de 2021

DE FAROS & TRAVESÍAS



Fantástico regalo el que me ha hecho mi chica por mi cumpleaños, pura ensoñación y quimera, este Breve Atlas de los faros del fin del mundo, como anillo al dedo para la ocasión, cómo me conoce... Los faros como símbolo y metáfora de resistencia, torres y hogueras en medio del caos, soportando las olas y las tormentas, luminosos, desafiantes y eternos... Nada que ver con la resiliencia que ahora, como una liebre sacada del sombrero de copa de un mago, nos quieren vender, al margen de las conjuras de los necios, de los intereses de los mandarines del reino, sin bandera ni dueño, auténticos y verdaderos... Junto a mi Travesía lo he colocado como un tesoro en la librería del salón, faro contra faro, corazón contra corazón, uno exterior y otro interior, metáfora y símbolo de resistencia: el caso, dados los tiempos que corren, es dar aún luz, creo...

Vicente Muñoz Álvarez