jueves, 28 de febrero de 2013

SAUDADE


no falla

Portugal

ese estar 
fuera del mundo

(sin dormir pero soñando)

su hechizo
otoñal

su decadencia sutil
que enamora

antiguas brujerías
en Bragança

fascinación
en Vidago

Guimaraes
como un oporto
viejo

Braga
intemporal
sorprendiendo

y ese paisaje
sosegado
y onírico

otra vez
su saudade

como 
un sortilegio

en mi 
corazón


v

GRISTEZA


por los días grises
por las nubes bajas
por el cielo triste
por la lluvia amarga

como una asfixia
como una angustia
como una amenaza

lo irreparable
se desborda

gota
a
gota

dentro
de 


Vicente Muñoz Álvarez,
de Días de Ruta
(Lupercalia, 2014)

lunes, 25 de febrero de 2013

jueves, 21 de febrero de 2013

ANIMALES PERDIDOS & CANCIONES DE LA GRAN DERIVA según Xen Rabanal.



El poeta y narrador Vicente Muñoz Álvarez ha publicado recientemente dos libros de poesía:

Canciones de la gran deriva, en Origami

Animales perdidos, en Baile del Sol

Canciones de la gran deriva fue su primer poemario, editado inicialmente en 1999, en el Ateneo obrero de Gijón, con David González como responsable de la colección Zigurat. En la edición de Origami se añaden trece poemas. 

Entre estos dos libros han transcurrido trece años. Jugando un poco con ese número (malo, si no crece), puede parecer que, la coincidencia en el tiempo de las dos publicaciones, anuncia el cierre de un ciclo, que lo es... y un regreso ourobórico a los orígenes, que no lo es:

Todo parte de un poema incluido en Animales perdidos, para mí uno de los más certeros de Vicente Muñoz:

Tanta humanidad
y tanta historia
a mis espaldas

y yo
en medio
del caos

preguntándome
qué coño
hago aquí

Este poema, recogido inicialmente en 38 Poemash, edición de Vinalia Bolsillo, puede ser la pregunta primordial, la pulsión poética de Vicente Muñoz, el resorte que le impele a moverse fuera de los cauces “normales” por donde discurre la vida anodina, mediatizada y siempre esclava de la sociedad, que le fuerza a iniciar la gran deriva, como refleja muy bien Julia D. Velázquez en la portada de Origami. Una deriva que le ha llevado a ser una voz imprescindible en la cultura española, la auténtica, la que agita conciencias, la que no es fedataria de los movimientos intestinales de la modas, la impuestas, las que adocenan y distraen en el derrumbe al servil rebaño. Pero una deriva que, si en lo exterior se aleja del camino trillado, en su interior sigue ligado a esta sociedad, adelantándose a la deriva personal y social en la que estamos ahora mismos inmersos, denunciando el verdadero caos, el interno, el que el poeta sufre en una especie de catarsis, no como visionario, más bien como escudriñador de los silencios, las grietas que se han abierto, las que no se cerraron... pues en la deriva hacia nuestro interior descubrimos que somos parte fractal de un todo vacío: lo que es esta sociedad occidental del reflejo. 

Esta deriva por los laberintos internos, verdadero viaje alquímico en donde los contrarios se enfrentan y se disuelven para encontrar un amanecer, un cielo-crisol en donde nada ha de brillar si no encontramos esa luz en la disolución de nosotros mismos, culmina en Animales perdidos con una división interna: Infierno, Purgatorio, Cielo, donde el poeta consigue una unión de esos contrarios. Como dice Heráclito: Que aparees lo entero y lo no entero, lo convergente y lo divergente, lo concordante y lo discordante, y de todo uno y de uno todo, que es en sí equilibrio en su yo interno que resuelve esa aporía en donde nuestra parte racional siempre sucumbe, adelantándose una vez más a una sociedad que no lee a sus poetas y que, ahora mismo, se deshace en esa diatriba: ecos del fascismo, siempre excluyente, de la Razón.

Para Ser en lo externo primero hay que luchar por Ser en lo interno. Conciliar la sombra, integrar los miedos, conocerse, saber de los propios límites, reconocerse como animal que marchó en deriva y ahora es perdido al encontrarse. En la portada de Baile del sol, Ramón Buzón nos presenta una sombra, de las llamadas chinescas, en la que interpretamos a un lobo que aúlla. Ahora bien, el verdadero juego, a mi modo de ver, de la poética de Vicente Muñoz Álvarez, parte precisamente de todo esto tan oscuro que he escrito anteriormente y que tan bien reflejan sendas portadas: pudiera parecer que el apartarse del rebaño, ese que tan bien tiene definido su sendero que quien se sale de él va a la deriva - a lo mejor tiene que empezar a decidir por sí mismo, coger el timón de la propia vida, eso que para el común significara perderse y que, sin embargo, es la única salida en esta demolición interna cuyos planos pergeñó el Ángel poeta (a quien el próximo número de Vinalia Trippers, en su suplemento "Poemash", homenajeará)... Parece ser, decía, que salirse de la vía políticamente correcta, significara ser un animal perdido y, por ende, muerto. Y sin embargo, es todo lo contrario: los nuevos caminos están fuera y dentro. Fuera del pautado socialmente aceptado e impuesto, y dentro de cada uno de nosotros. Tan de perogrullo que muy pocos nos aventuramos a ello. Aunque para los animales sociales seamos animales perdidos, desviados del camino... hacia el matadero.

Vivimos en la cultura de las dicotomías: si no eres oveja eres lobo. Siguiendo este razonamiento, el lobo, al adquirir perspectiva y conocerse en la soledad, es el único que integra a su sombra y deviene en animal completo y más vivo que nunca... por dentro y por fuera.

Nada más lejos, decía, que un regreso a los orígenes, a la deriva que rompió el adocenamiento, pues ahora el poeta rige su destino y abre rutas por donde transitan los que vienen detrás. Así, al cerrar un círculo se produce un avance, un círculo virtuoso que rompe el espacio-tiempo, una sección de espiral que asciende. Tengo en cuenta, una vez más, al Oscuro cuando dice que el camino de ida y el camino de vuelta es uno y el mismo. Al romper el ciclo y hacer del 13 un número que crece, se evita que el eterno retorno sea siempre el mismo pues se adquiere memoria de la vuelta dada, la distancia necesaria.

Integremos, pues, a nuestra sombra y seamos nosotros mismos, hermano lobo que has llegado hasta aquí. Vicente nos muestra su camino que es el camino de todos los que nos aventuramos por territorios inhóspitos, tiene un don que parte de su infatigable capacidad de trabajo como sondeador de la realidad y sus pulsiones: sus poemas son el disparo y la investigación del criminólogo forense, siempre dan en el blanco y aportan los datos específicos con los que se podrá reconstruir la historia si llegamos a tenerla. Lo puedes comprobar en estos dos acojonantes poemarios: Canciones de la gran deriva (Origami) y Animales perdidos (Baile del Sol), cuyos prólogos de David González y José Ángel Barrueco son dos inmejorables guías, junto con las ilustraciones de Julia D. Velázquez en Animales perdidos, para acceder al mundo poético de Vicente Muñoz Álvarez. 


2012: VIDA EN LA TIERRA


en la tierra que habito
nadie conoce a nadie
sombras fantasmas
zombis alimañas

todos
estamos muertos

asustados cansados
frustrados deprimidos
neuróticos engañados
histéricos golpeados

todos
estamos muertos

en la tierra que habito
la decadencia el fin de la raza
el apocalipsis la negación
la angustia el miedo

todos
estamos muertos

políticos indignados
funcionarios desempleados
especuladores desencantados
hipócritas desahuciados

todos
estamos muertos

aunque pagamos
la hipoteca
de estar vivos


(de Animales perdidos)


DONDE EMPIEZA EL PROPIO CAMINO


Uno se cansa
de esperar
de auto inmolarse
de aguardar siempre
el mañana

y termina dejando
fluir el tiempo
mansamente
en su interior.

Ese es el lugar
donde se recupera
al fin la calma

donde empieza
el propio camino.


(de Canciones de la gran deriva)


AL FIN TRANQUILO


a tu lado

relajado
realizado
limpio feliz
lleno de paz
de luz

lleno
de amor

al fin
tranquilo


(de Animales perdidos)


CONSTRUIR  CASAS DE DÍA PARA DERRIBARLAS AL PONERSE EL SOL


Siempre he luchado
por causas imposibles:

he arruinado cien veces mi vida
he cavado cien veces mi fosa
he disentido de los cuerdos
he disimulado ser un loco
he escandalizado a los que escuchan
he defraudado a los que piensan
he observado a los que rezan
he construido y derribado muchos templos

pero todavía sigo en pie.


(de Canciones de la gran deriva)


Alfonso Xen Rabanal, de Crónicas para decorar un vacío.


miércoles, 20 de febrero de 2013

martes, 19 de febrero de 2013

BLACK HORSES



caballos negros en la niebla
pastando absortos 
al amanecer

integrados en su entorno
concentrados en el césped
ajenos a cuanto les rodea

me acerco a ellos despacio
les doy de comer con la mano
se dejan acariciar

sus dientes blancos afilados
sus ojos caleidoscópicos
su bella crin sin peinar

4 caballos en la niebla
pastando ensimismados 
al amanecer

nobles hermosos tranquilos
cálidos confiados amigos

tan distintos del hombre
tan distantes del mundo
tan lejos de la humanidad

por ellos
brindo


Vicente Muñoz Álvarez

lunes, 18 de febrero de 2013

domingo, 17 de febrero de 2013

LA LLAMADA


Si os gustan los relatos de fantasmas de la época victoriana (al estilo de M.R.James, Bram Stocker, Margaret Oliphant o Henry James, por citar algún ejemplo), disfrutaréis de lo lindo con esta joya olvidada del fantaterror español, La llamada (Javier Setó, 1965), una rara avis de nuestro cine, que como los vinos de las cepas más viejas ha ido mejorando con el paso del tiempo hasta convertirse por méritos propios en un filme de culto.

Melancólica, elegante y crepuscular, la película de Setó (que arranca con un sugerente aire de Nouvelle Vague: planos móviles en la ciudad, música de jazz, estética beat, nítida fotografía en blanco y negro), se transforma a los pocos minutos del metraje, tras una descabellada promesa, en una pesadilla angustiosa que sin derramar una sola gota de sangre consigue, a medida que se desarrolla la trama, ponernos los pelos de punta.

Una etérea y angelical Dyanik Zurakowska (que los fans del género recordarán por películas como El coleccionista de cadáveres, La marca del hombre lobo o La orgía de los muertos), un jovencísimo Emilio Gutiérrez Caba (con un flequillo de lo más yé-yé) y algunos secundarios de lujo, como el camaleónico Víctor Israel, sostienen casi al completo el peso del film, por lo demás nada sensacionalista ni truculento.

Muy por encima de la media de aquel tiempo y bastante alejada de los clichés del cine patrio de horror de la época, La llamada es un magnífico ejercicio de estilo, una recreación espléndida del espíritu romántico de los cuentos de terror victorianos, que recuerda a Poe, Blackwood o Antoinette Peské (y su alucinada novela La caja de hueso), dejando en la boca ese regusto agridulce y macabro de los relatos de fantasmas de antaño.

Más en la línea de las Historias para no dormir de Narciso Ibáñez Serrador que de las películas de culto del fantaterror español de aquel tiempo, La llamada sigue seduciendo con su necrofílico y nostálgico aroma medio siglo después de ser rodada y se merece por méritos propios un puesto de honor en nuestra filmografía.

Ideal para videar acurrucado en el sofá al anochecer de algún domingo lluvioso y una pieza de colecccionista en cualquier videoteca.

Vicente Muñoz Álvarez

La llamada in You Tube:


sábado, 16 de febrero de 2013

LACRA


políticos

todos ladrones todos


mafiosos desalmados buitres carroñeros
delincuentes mentirosos hipócritas fariseos
descarados prepotentes cínicos embusteros

políticos

todos corruptos todos

falsos taimados aviesos traidores
crueles esquiroles mendaces especuladores
farsantes despiadados ineptos manipuladores

políticos

todos fascistas todos

cáncer de nuestro tiempo

lacra de la sociedad


Vicente Muñoz Álvarez
de Días de ruta
(Lupercalia, 2014)

viernes, 15 de febrero de 2013

ANIMALES PERDIDOS según ESTEBAN GUTIÉRREZ GÓMEZ.


Agradecido

La superación no es un camino que lleve necesariamente a la cima, no necesariamente significa ser más o mejor. 
Superar algo suele implicar hallar algo de luz, pero no siempre el sol nos ilumina. 
Cerrar los ojos puede convertirse en una vuelta al pasado. 
El mal y el bien se complementan, nos permiten percibir el grado de uno y otro en comparación forzosa. 
Es algo básico, pero no debemos olvidarlo si nos gusta vivir en los extremos, si lo que encontramos en equilibrio no nos motiva o no somos capaces de encontrar el punto medio, aunque sea ese equilibrio el que sabemos que debemos perseguir. 
No, no es fácil descubrir la armonía.

Acabo de leerlo y vuelvo sobre las páginas con la punta doblada que marcan los poemas que me han llegado adentro. Son muchos, la esquina superior derecha es un fuelle de pasión. Cierro la tapa de Animales perdidos después de la relectura y consigo sonreír. Pienso que acabo de leer un resumen poético de los últimos años de Vicente Muñoz Álvarez, pinceladas auténticas de su vida, siempre en la lucha. Como creo conocer a Vic me alegro y sonrío: creo saber cuáles son los demonios que le atormentan y aquellos otros que le dan la vida. 
Vivir no es fácil. 
Vivir buscando cada instante el significado de las cosas, no es fácil. 
Lo contrario, abandonarse, tampoco es una solución cómoda. 
Huir de la mediocridad que domina el punto intermedio también es complicado. 
No hay ficción que supere esa realidad.

Porque Animales perdidos es, sobre todo, un testimonio de vida, un testimonio de no ficción, en el que Vicente Muñoz Álvarez nos ofrece el tránsito desde el hundimiento hasta la plenitud, desde el desafecto hasta el amor. Ese amor que parece haberlo sanado, que le ha otorgado fuerzas para tirar adelante con la vida. 
“Pura vida” escribe él, y yo se lo agradezco. 
Porque la vida es una droga que se inyecta directamente en la vena, porque la huída a la búsqueda de aire que respirar es un buen motivo para seguir (mal)viviendo, porque escribir sigue siendo el mejor de los exorcismos, y porque cuando necesite cargar las pilas, cuando ande lejos del optimismo, cuando ni siquiera sienta la necesidad de respirar, sé que podré acudir a este poemario, 
que germinará la ilusión, 
que me hará revivir.


Esteban Gutiérrez Gómez, del blog BacøVicious.


Tránsito:
Del Infierno al Paraíso:


ANIMALES PERDIDOS


No eran buenos tiempos.

Me acababa de separar de mi mujer
y había tenido que dejar mi casa en el campo
y alquilar un apartamento
en el extrarradio de la gran ciudad.
Escribía fumaba bebía
y de vez en cuando lloraba
al contemplar asomado a la ventana
la desolación del paisaje:
los bloques inhóspitos de hormigón en la niebla
el cansancio en los ojos de los transeúntes
y el tráfico ensordecedor de la gran avenida.

Por primera vez en 40 años
me encontraba solo en la tierra.

R, la vecina del 6º,
adoptaba animales perdidos.
Se había quedado viuda hacía 2 años
y recogía por la calle
perros vagabundos y enfermos.
Uno de ellos, N, carecía de extremidades
y estaba inmovilizado y ciego.
R le había construido
una especie de cuna acolchada
y le daba en ella de comer con los dedos.
Algunas noches N, agitado en sus sueños,
se caía de su lecho
e incapacitado para cualquier movimiento
aullaba desesperadamente
hasta que R se levantaba
y le volvía a colocar en la cesta.
Yo le escuchaba desde la soledad
de mi cuarto oscuro
y su aullido me desgarraba por dentro:
aquel sollozo infinito y lánguido y triste.
Tumbado en la cama,
incapaz de dormir,
fumaba un cigarro tras otro
y añoraba el norte perdido,
el calor y el rumbo perdido,
naufragando una y otra vez
en los mismos recuerdos.

No eran buenos tiempos:

nada me satisfacía llenaba
todo me estremecía
todo me hacía llorar.

Por primera vez en 40 años
me encontraba solo en la tierra.

Y me gustara o no,
tarde o temprano,
también solo debería reanudar el camino.


MUNDO EXTRAÑO


aquel día

lo recuerdo

me sentía
particularmente
roto

roto
por dentro
y por fuera

rota
la cabeza
el cuerpo
el alma
roto
el corazón

aquel día

lo recuerdo

tenía también
un tremendo
catarro

me lloraban
los ojos
la nariz
la frente
me ardía
pensaba
en la gripe a

era
un domingo
insufrible
de resaca
y desamor
en la tierra

otro
domingo
más

y tenía pendiente
aquella inexorable
comida anotada
en mi agenda

un compromiso

aquella comida

y me sentía morir
con aquel catarro
a cuestas
pero no podía
evitar ir

me armé de valor
me duché me vestí

llegué reventado
al lugar convenido

y entonces
la vi

(no la conocía
no me la esperaba)

de entre todas
aquellas caras

deslumbrante
y marciana

la vi

e inmediatamente
se esfumó mi tristeza

volvió
a correr
la sangre

a bombear
de nuevo
el corazón

y todo
desde
entonces
fue rodado

era
primavera

era
domingo

era
un mundo
extraño

y era
el comienzo
de una
bella amistad


BEATITUD


sol
y arena
y playa
al fin da terra

y noches estrelladas
al borde del mar

y pura vida
y libertad

para regresar
con las pilas recargadas
y el corazón pletórico

a la vida
cotidiana

y al mundo


JARDÍN INTERIOR


En una terraza
de unos 2 metros
cuadrados

frente
a la autovía

macetas con
tomates pimientos
cilantro maría

las plantas
de mi nuevo jardín.

Nada que ver
con el anterior

exuberante
y frondoso.

Pero todas
las mañanas

al despertarnos

lo regamos juntos.

Y está
dando frutos.




SEX MUSEUM: I'm Moving.

miércoles, 13 de febrero de 2013

INSOMNIA


recuerdos

se agolpan en mi mente
en las oscuras noches de invierno

llegan en tromba
como arañas arrastrándose
hasta mi cerebro

recuerdos

a veces nítidos
otras difusos
casi nunca buenos

recuerdos

como murciélagos
como bandadas
desnortadas de cuervos

vienen a mi cabeza
en las noches vacías de sueño

y se acodan en mí

se acodan en mí


Vicente Muñoz Álvarez

cover by Fuseli

martes, 12 de febrero de 2013

CLEPSIDRA



lentas
pausadas

como gotas de agua
cayendo 

pasan
las horas

tic
tac

recordándome
hacia dónde voy

cuál es 
mi destino

mientras el mundo gira
la vida sigue

dormido
o despierto

me mueva
o no

ando

el camino


Vicente Muñoz Álvarez

lunes, 11 de febrero de 2013

EL RITMO CONTINÚA


pese al caos del traslado y la mudanza estos días, cajas y cajas sin desembalar, pilas de ropa arrugada en todas partes, cientos de libros en los pasillos, gripe, cambio de hábitos y jet lag, disfruto más que nunca esta vez preparando el nuevo Vinalia Trippers, Spanish Quinqui, y el suplemento de poesía que dedicamos en este número a El Ángel, recibiendo relatos y poemas e ilustraciones y entrevistas y artículos, leyéndolos, archivándolos, saboreándolos, ordenándolos, asignándoles ilustrador, ultimando detalles y sorpresas de última hora y dándole vueltas al nuevo diseño de la revista... pienso en ello estos días, en los 17 años, desde 1996, que llevo haciendo lo mismo, poniendo toda la carne en el asador en cada nueva entrega, coordinando cada número con Silvia y Xen y Cusco (en su día) y ahora Rodrigo, en las memorables fiestas de presentación y los conciertos y encuentros y lecturas que hemos organizado, en los cientos de contactos y amigos que gracias a Vinalia hemos hecho y en los proyectos que a raíz de ello han surgido, en el cariño que le hemos puesto al asunto y en lo mucho que sin forzarlo y sin buscar nada cambio, contra todo pronóstico (los hay que se tirarán de los pelos por ello: que se mueran los feos) hemos logrado... todo afortunadamente sigue igual, 17 años después seguimos en lo mismo los mismos, las mismas ganas, la misma idea y el mismo proyecto, las buenas vibraciones y los mejores latidos, el no habernos vendido nunca al sistema, el seguir con la misma pureza persiguiendo un sueño y el gozo, en suma (y esto es lo básico y más importante: el motor de la nave), de editar con la misma ilusión la revista... le hemos dado mucho a Vinalia estos años, pero Vinalia nos ha devuelto a la larga más, mucho más, un motivo para luchar y expresarnos, para ser y estar en la tierra, una razón y un sentido, el privilegio de editar a los mejores cerebros de nuestra generación sin presiones ni subvenciones ni servidumbres de ningún tipo, por amor al arte, independientes y libres, al margen de babilonia siempre y con las mismas consignas, y pese a todo (mientras el clero y el estado se tambalean: que se vayan los necios) seguir, número a número, vivos... 

por ello
(y por vosotros, tripulantes)
brindo

v

6 POEMAS INÉDITOS en ASTROLABIUM

VARLAM SHALAMOV

1907-1982

domingo, 10 de febrero de 2013

LA PRESA


Para mí, sin duda, la mejor película de Walter Hill (el director de la mítica The Warriors), Southern Comfort (en España La presa, 1981), es una impresionante survival movie, asfixiante y oscura, áspera y desalentadora, a la altura de los mejores exponentes del género (con el referente ineludible de Deliverance, de John Boorman, a la cabeza).

Un grupo de soldados de maniobras en los pantanos de Louisiana, un desafortunado incidente con los habitantes cajuns de la zona y una persecución implacable en las ciénagas, son la base argumental de esta película, que a diferencia de otras del director, ha resistido con notable el paso del tiempo.

El retrato psicológico que Walter Hill hace de los personajes, cómo  evolucionan a medida se complican las cosas, cómo va saliendo a la luz su vileza frente a la adversidad y cómo se transforman finalmente en bestias, es la baza más poderosa del film, junto a los claustrofóbicos paisajes donde fue rodado, los laberínticos y espectrales pantanos de Lousiana, que le confieren un aura permanente de amenaza y tragedia.

Magníficos Peter Coyote y Keith Carradine, estupenda fotografía y puesta en escena, y un final sorprendente y ambiguo, absurdo y estremecedor, que deja un regusto extraño en la boca.

Ideal para videar en la sobremesa de algún domingo lluvioso y una joya de culto para los amantes del cine de acción.

No os la perdáis.

v

Trailer in You Tube:

https://www.youtube.com/watch?v=voFevFHBGwA

sábado, 9 de febrero de 2013

PRÓXIMAMENTE

Spanish Quinqui

23 relatos quinquis 23
23 ilustraciones quinquis 23
1 fotonovela quinqui 1
1 póster desplegable 1
1 entrevista exclusiva a Bernard Seray 1
1 entrevista exclusiva a Los Calis 1
1 diccionario de argot 1
1 portada de Miguel Ángel Martín 1
20 poemash para El Ángel 20

& nuestros mejores latidos

seguiremos informando