me rezuma oxidada, por reconocible, una vieja melodía; y es un frío el que te azuza hasta el esternón, como el gancho de la lumbre vieja remueve los rescoldos del mismo infierno; es así la polifonía que el hoy músico y siempre poeta Vicente Muñoz Alvarez nos propone a través de los 58 poemas que conforman el conjunto del re-nuevo poemario "Canciones de la gran deriva" (Origami, 2012); como el elegir el viaje en un duermevela constante, con una música de fondo, su lectura; luego, te sangraran los oídos y sentirás tu lengua como apelmazada; es el ruido grave encasquillado en la profundidad del océano, como cuando acaricia su arena la pieza de hormigón encadenada al tobillo del guiñapo vencido, andrajo y rencor, víctima del crediticio sicario de pistola fácil, siempre despiadado; solo un desalmado corazón de piedra pudo tratarnos de títere y trapo. solo el poeta, desde la más cercana lejanía, tiene la capacidad de analizar el horizonte; solo sus poemas, como en un pasado hoy presente; solo es el invierno, el que se nos echa encima una vez más. brutal, tú.
Gsús Bonilla
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