me entero justo al levantarme esta mañana: ayer murió Tommy Ramone, el batería de la mítica banda, el último de la saga, el último Ramone... fin del trayecto, buen viaje, descanse en paz... y me llegan a la cabeza en tromba acto seguido todos aquellos emblemáticos temas con los que me crié: End of the century, Blitzkrieg Bop, Rock and Roll High School, The KKK took my baby away (que versioneábamos Veredicto Final), Judy is a Punk... y con ellos mil recuerdos y regresiones: escuchándoles una y otra vez con la peña (con César sobre todo) en el Pantano de Luna, en la Pícara, en el Garabatos, en los locales de ensayo, en el Toisón, en La Cantina, en La Madrágora, en el Universal... a pocos grupos escuché en mi juventud tanto como a los Ramones, su rock vertiginoso y tremendo, aquellos cuatro acordes (más que suficientes) con los que nos hacían vibrar, el concierto en La Real de Oviedo (petado hasta la bandera), las portadas bizarras de sus discos, las bambas y los vaqueros rotos por las rodillas y las chupas negras de cuero y las gafas oscuras y las docenas de camisetas suyas que desgasté... y la muerte trágica y prematura de todos ellos luego (Joey, Dee Dee y Johnny) uno tras otro, hasta la de ayer, la de Tommy, el batería, el último de la saga, el último Ramone... algo, sin duda, se me ha ido con ellos, rondando ya los 50, tan cerca y tan lejos (tiranía cruel del reloj), aquel vitalismo feroz de los 18, su banda sonora, aquellas canciones de fondo, aquellas ganas de comerse el mundo y aquella manera salvaje de ser y estar en la tierra...
buen viaje
queridos drugos
Gabba Gabba Hey
Vicente Muñoz Álvarez
Y la vida continúa Vicente, es magnífico almacenar ese caudal de sentimientos-recuerdos-vivencias. Buen viaje a todos aquellos con los cuales disfrutamos y compartimos "las horas inalcanzables".
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