obsesión desde siempre por los malditos: desde niño, de chinorri, desde que tengo uso de razón, fascinación por el cine de horror y de culto (Drácula, Frankenstein, El hombre lobo, El fantasma de la ópera, Freaks, y sus atormentados intérpretes, Lugosi, Lon Chaney, Karloff), por los superhéroes de la Márvel (Spiderman, Estela Plateada, Thor, Los 4 Fantásticos, La Patrulla X, Namor, Hulk, estigmatizados y mutantes todos), por los rockeros destroyer y suicidas (Morrison, Janis, Hendrix, Elvis, Vicious, Drake, Jones), por los pintores caídos en desgracia (de Modigliani a Van Gogh), y muy en especial, desde que comencé a leer intensamente, a partir de los quince o dieciséis años, por los escritores malditos, mi gremio y mi tribu, mi vocación y pasión: de Allan Poe a Malcolm Lowry, de Céline a Thomas Bernhard, de Burroughs a Blake, de los bohemios (con Armando Buscarini y su cruz a cuestas) a los beats, de Maupassant a Castaneda, de Wilde a Rimbaud, de El Ángel a Bukowski, de Byron a Shelley, de Raún Núñez a Ezra Pound, de Carver a Miller, de Huxley a Artaud, de Lovecraft a Baudelaire, de Kerouac a Verlaine, de Filtgerald a Hemingway, de Dylan Thomas a Genet, etc, etc, etc, alcohólicos, misántropos, drogadictos, románticos, solitarios, oscuros, golpeados, degenerados, desgraciados, ninguneados, marginados, auténticos... obsesión por ellos y por sus obras, sí, por su visión, su tragedia, su punto de vista y encaje, su iluminación y sus truculentas y fugaces e intensas vidas... para lo bueno y para lo malo, y con todos los riesgos que ello implica, han sido mis guías y maestros, mi tormento y mi éxtasis, mi condena y mi cruz...
nos veremos
supongo
algún día
Vicente Muñoz Álvarez
No hay comentarios:
Publicar un comentario