vuelvo en mis días nostálgicos, como el imán atrae al acero, a escuchar viejas canciones que despiertan en mí contradictorios recuerdos y me retrotraen, con todo lo bueno y lo malo que ello implica, a otros mundos paralelos, Golpes, en concreto, de Gabinete Caligari, uno de esos temas que llevo en las neuronas grabado a fuego, como banda sonora de mi paso fugaz por la tierra, y que es una metáfora de mi propia experiencia: aprender siempre a fuerza de golpes, por dentro y por fuera, en el estómago y el corazón... como el imán atrae al acero, vuelvo una y otra vez a escuchar esos Golpes de los ochenta, cuando éramos héroes y brillaba la perla, y veo toda mi vida reproducida flashback tras flashback en la pantalla de mi cabeza, golpes en el colegio, en la calle, en la carrera, en el trabajo, en la escritura, con las mujeres, con las maletas, en la carretera, golpes y golpes en el estómago y el corazón... pero también, por suerte (y eso me reconforta), cómo de todos ellos, golpes y golpes, me he levantado siempre (Aries de pura cepa), ninguno hasta ahora, por más que haya dolido, me ha noqueado, aún sigo en el cuadrilátero, fintando y encajando y lamiéndome entre round y round las heridas (mil cardenales de pasión), e intentando no bajar definitivamente la guardia... como un guante de seda forjado en hierro (que diría Daniel Clowes), y con la canción de Gabinete Caligari de fondo, sigo combatiendo, protegiéndome y endureciéndome, creando callo en las vísceras y entrenándome (como Sísifo subiendo a la cima de la montaña su piedra) para la siguiente pelea...
¿y dónde están tus golpes?
oh, sí, corazón
¿dónde está mi dolor?
Vicente Muñoz Álvarez
No hay comentarios:
Publicar un comentario