Vi primero el remake de Jamie Blanks de 2008 y, aunque no me entusiasmó demasiado, sí me pareció lo suficientemente inquietante como para decidirme a ver la película original de Colin Eggleston, otra joya olvidada del cine australiano, claustrofóbica y asfixiante donde las haya, original en su planteamiento y desarrollo y alejada de todo tipo de chiclés.
Cómo la naturaleza agreste se vuelve a veces contra el hombre, enfrentándole a sus fantasmas y miedos y sacando lo peor que lleva dentro, es lo que plantea Long Weekend (Largo fin de semana, 1978), sometiendo a una pareja con problemas de convivencia a un verdadero calvario de paranoias y dudas.
Ya desde el comienzo, a través de pequeños indicios, nos damos cuenta de que algo malo se avecina, aunque no tengamos ni idea de qué... El guion (en ambas versiones, original y remake, de Everett De Roche) nos lleva engañosamente de aquí para allá, generando ambigüedad y desconcierto, hasta centrarnos, ya bien avanzado el metraje, en la verdadera intención y drama de la película: la naturaleza enfrentada al ser humano y el infierno al que le puede arrastrar.
Aunque mejor no dar muchas más pistas, para no desvirtuar el factor sorpresa del film (una de sus principales bazas), y dejaros a vosotros que descubráis de qué va la cosa y saquéis vuestras conclusiones.
Solamente una advertencia: si os gustan las playas desiertas, el bosque y el mar, el visionado de esta película os hará replantearos muchas cosas.
Vicente Muñoz Álvarez
Vicente Muñoz Álvarez
Trailer in You Tube:
No hay comentarios:
Publicar un comentario