sí, eso es, tal cual, mi enemigo íntimo, como en la peli de herzog pero sin kinski, contra mí mismo y por dentro, siempre igual o parecido, mi lucha interior, mi conflicto, mi eterna deriva, mis continuas dudas y naufragios y nervios y suspicacias y miedos y turbulencias y derrumbes y problemas e incertidumbres, esos paseos kilométricos por el bosque vacío hasta agotarme para limpiarme por dentro, para domesticar mi bestia interior, para liberarme y ser yo mismo, directo a la esencia, uróboros, aunque la esencia en mi caso, qué duda cabe, esté disputada, cómo son las cosas, cómo soy en el fondo, cuánto me toco los huevos y cómo me martirizo...
y todo, quizás o en parte y en gran medida, por esta innata tendencia infructuosa a juntar palabras e intentar darlas sentido y sonido, el virus que desde siempre me ha contagiado, que me atenaza y condiciona y seduce y mantiene en vilo, alerta, consciente o inconsciente, no lo sé (basta de tantra), pero siempre en guardia siempre, libreta y boli en mano con la cabeza volada soñando versos, modelando quimeras, lucha que te lucha contra mi caos interior...
menos mal
que está
mi musa
cerca
para apagar
que está
mi musa
cerca
para apagar
los incendios
v
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