La librería La esquina del zorro acogió la presentación de ‘Cult movies: películas para la penumbra’, el singular «diario de cine» del escritor Vicente Muñoz Álvarez.
Vampyr (1932) de Dreyer, joyas del gótico italiano como El molino de las mujeres de piedra (1960) de Giorgio Ferroni, El extraño viaje (1962) de Fernán Gómez, trabajos que no fueron muy apreciados en el momento de su estreno como Zabriskie Point (1970) de Antonioni o la reciente The Babadook (2014) de Jeniffer Kent. Todas estas películas forman parte de la selección de 132 filmes que Vicente Muñoz Álvarez ha reunido en Cult movies: películas para la penumbra (Excodra editorial).
Arropado por Gsus Bonilla, José Ángel Berrueco, Esteban Gutiérrez Gómez, Juanjo Rámirez, Pablo Cerezal, Mario Crespo, José G. Cordonié y el editor Rubén Darío, el autor compareció en La esquina del zorro para presentar un libro que es la continuación espiritual de Cult movies: películas para llevarse al infierno, editado por Eutelequia en 2011.
El proyecto de esta futura trilogía comenzó a gestarse en 2008, cuando después de la publicación de Hank Over: Resaca. Un homenaje a Charles Bukowski (Caballo de Troya/Random House Mondadori), Muñoz Álvarez puso en marcha Vinalia Trippers, blog sobre contracultura en el que el cine tenía una presencia importante.
El escritor pronto se dio cuenta de que «hablar de cine es una excusa más para hablar sobre la vida y sobre la gente» y unos años después decidió trasladar de la pantalla al papel sus personales reflexiones sobre el cine que le apasionaba: ese cine en los márgenes, arriesgado y en ocasiones suicida, que traspasa la pantalla y sacude al espectador. La principal diferencia de estas «películas para la penumbra» respecto al primer volumen es la inclusión de títulos menos conocidos por el gran público con la vocación de ofrecer al futuro lector «una guía de un tipo de cine que está enterrado bajo toneladas de escombros».
Alejándose de una definición canónica de lo que es una «cult movie» y del habitual catálogo de las mejores películas de la Historia del Cine, Vicente se ha guiado por el criterio de su propio culto, seleccionando más de un centenar de obras «alejadas de los postulados de Hollywood y que nos buscan la comercialidad».
En este personal «diario de cine» más cercano a lo literario que de la crítica al uso, el género de terror y la producción fílmica rodada entremediados de los sesenta y finales de los setenta ocupan un lugar preeminente. En esos años lisérgicos, donde el influjo de la cultura del ácido impregnaba los fotogramas y la estética de muchos títulos, el escritor afirma que se rodaron un buen número de «propuestas muy arriesgadas que han ejercido una gran influencia en las décadas posteriores».
De la mano de directores admirados como Mario Bava o Iván Zulueta, Muñoz Álvarez —que se define como un gran «compartidor» de recomendaciones literarias y cinematográficas— busca contagiarnos su pasión por «una clase de películas para llegar a las cuales hay que escarbar muchísimo», proponiéndonos un viaje a ese «otro» cine que nos permite entrar en contacto con esas realidades a las que solo podemos acceder a través de la ficción. Un periplo que se inicia con el prólogo de Jesús Palacios y finaliza con el epílogo del director Juanjo Rámirez, responsable de esa obra de culto española por derecho propio que es Gritos en el pasillo (2006).
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