si con una banda de rock vibré desde mis mismos cimientos a finales de los 90, agonizando ya el milenio, fue con Buffalo, mis compis de aventuras lisérgicas y queridísimos alegres bromistas, tantas y tantas noches de viajes internos y externos y un modo de entender la música, la literatura y la propia vida que es aún hoy parte de mí... fueron buenos, muy buenos tiempos aquellos, acompasados por estos memorables acordes que ahora vuelven a sonar... y aunque parezca mentira, sí, made in León...
no os lo perdáis
porque no tiene desperdicio
no os lo perdáis
porque no tiene desperdicio
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