otro de los que, pase lo que pase, jamás me abandona y nunca olvido: Thomas Bernhard... no recuerdo ya qué libro suyo leí primero, calculo que hacia mediados de los noventa, pero todos ellos, sin excepción (y los he leído casi todos varias veces), han dejado una huella indeleble en mí... a pocos autores he leído con tanta intensidad y arrebato en mi vida, con tanto disfrute y aprovechamiento, Kerouac y Céline, tal vez, y a pocos me he entregado con tanta pasión... Helada, Corrección, La Calera, Tala, El malogrado, Los comebarato, Trastorno, Hormigón, El origen, El aliento, El frío, El sótano, Un niño, Maestros antiguos... verdaderos mazazos a la conciencia, jarros de agua fría al sistema (a cualquier sistema), feroces obras maestras, altísima literatura, filosofía de la buena, anarquismo salvaje, nihilismo puro y desesperación... con pocos autores me he identificado tanto, a nadie le he escuchado decir tantas (dolorosas) verdades, ninguno me ha marcado e influido igual (sobre todo en El merodeador), nadie le supera en profundidad y ritmo, en forma y estilo, a ninguno le debo literaria y personalmente tanto como a él, y con nadie, vivo o muerto, sin duda, me siento tan en deuda... va por ti esta vez, maestro, con la venia de los timoratos...
Vicente Muñoz Álvarez
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