Conocí a José Manuel Vara en el año 1996, en pleno fin de siglo y milenio, mediante un intercambio casual de fanzines. Supongo (ya no lo recuerdo) que fuera a través de la sección de revistas alternativas que publicaba regularmente Ajoblanco... Y así fue como recibí su visceral y tremendo Atrocyty Exhibition, una de los zines más cañeros e irreverentes de aquellos tiempos salvajes: cine gore, poemas oscuros, prosa espontánea, comic e ilustración... Y referentes comunes, también: Tom Waits, Abel Ferrara, Fassbinder, Lidia Lunch, Nekromantic, Miguel Ángel Martín... A cambio, yo le enviaba puntualmente nuestro psicotrónico Vinalia Trippers, y poco a poco, casi sin darnos cuenta, ampliando y poniendo en común esfuerzos y círculos, la red fanzinerosa que unos pocos tejimos se fue ampliando y autores como David González, Hernán Migoya, Sergi Puertas, Eva Vaz, Nuria García Benito, Alfonso Xen Rabanal y otros muchos francotiradores de la palabra se fueron uniendo al grupo... Ese fue, ha sido el germen para muchos de los proyectos en los que uno y otro hemos seguido trabajando después.
Un tanto incrédulos y despistados, recibimos a continuación el nuevo milenio, y durante algunos años el impacto de los blogs y revistas digitales desplazó a los zines de grapa y papel, haciendo que muchos nos perdiéramos en la niebla y el caos...
Hasta que a raíz de la antología Resaca/Hankover: Un homenaje a Charles Bukowski, volvimos a contactar y a trabajar de nuevo en equipo.
Desde entonces sigo sus blogs y su propuesta subterránea y rotunda, y estoy más que atento a los autores que promociona y descubre y, por supuesto, a sus poemas, vídeos y textos.
Daño selectivo (finalmente titulado Poesía Bastarda de saldo), el poemario que ahora presenta, es Vara en estado puro: vísceras, alcohol y sangre, ultraviolencia, desamor y sexo, trauma y pasión en desbordadas dosis: un catálogo de perdedores y olvido, de outsiders y perros de lluvia, de paranoias, naufragios y nostalgias diversas... Versos directos al corazón y a las entrañas, puñetazos contra el stablismen y la burguesía, jarros de agua fría contra los tabúes y los convencionalismos.
Vara es, qué duda cabe, un agitador cultural y un bastión de resistencia frente al adocenamiento y la mansedumbre, un loco de la poesía, un terrorista literario y un ejemplo de integridad a seguir... Y no tanto ya por sus versos, interesantes e intensos de por sí, sino por la forma de atacar con ellos a Babilonia y de enfrentarse, mediante la palabra, a la sociedad y el mundo.
Poesía, en cualquier caso, no apta para menores ni académicos ni ratones de biblioteca... Poesía escatológica y dura como el pedernal, sudorosa y tremenda, epantante y guerrera... Poesía, en suma, para este nuevo y alienante milenio que nos ha tocado vivir.
Salud & Revolution, J.M.
& que Hank nos guarde de los Bichos Malos.
Vicente Muñoz Álvarez
Prólogo para Poesía Bastarda de Saldo, de José Manuel Vara.
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