al fin se han terminado las noches fuera de casa, las veladas tediosas de hotel, el insomnio, la soledad, los somníferos, el desasosiego, la ansiedad, las horas vencidas, los amaneceres gristes y el extrañamiento...
me faltan aún para terminar varias visitas, restos de los restos, pero atrás quedan ya las noches fuera y la desazón de las sábanas frías, de las habitaciones vacías, de los baños asépticos y los kits invariables de aseo (jabón gel peine champú), de las mujeres ojerosas de la limpieza y las huellas de otros viajeros, de las puertas numeradas y los pasillos oscuros, de los menús baratos y el olor a comida en la ropa, del destierro y la despersonalización....
quedan atrás como una maldición las noches fuera de casa y comienzan en los ratos libres los primeros atisbos de ensoñación, los paseos a setas por el bosque con mi perra y mi chica y el calor amable del hogar y el reencuentro...
mientras babilonia
sigue rugiendo
como una bestia herida
y en mi interior
lentamente
se extinguen
las llamas
v
Gracias por tu escritura.
ResponderEliminarEs un desahogo & un placer compartirla.
ResponderEliminarv
TE comparto
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