ES Noche Vieja en la Tierra. La gente llena calles y plazas, viene y va, hace sus últimas compras, prepara la cena, las uvas, el cava y el cotillón. Noche de encuentros familiares y amigos, de excesos, campanadas y villancicos, de hermanamiento y celebración.
Aunque él está solo en su apartamento. Sin familiares ni nadie con quien poder cenar ni brindar. Solo en la jungla de asfalto. Él solo con sus maniquíes.
Desde que su última pareja se fue de casa son para él una obsesión. Siempre le han fascinado, sobre todo los de los años 60 y 70, estilo Mario Bava, de esos que a menudo aparecen en los giallos que tanto le gustan, hieráticos, hipnóticos, inquietantes, lascivos. Logró hacerse con tres en un mercadillo a precio de saldo y desde entonces son su única compañía: tres hermosas modelos de labios voluptuosos y ojos penetrantes, sumisas y silenciosas, que comparten con él la soledad de su pequeño piso en las afueras.
Vicente Muñoz Álvarez,
de Las setas y otros relatos de la Era Pulp
(Versátiles, 2021)
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