Otra de las joyas ocultas del fantaterror español, El monte de las brujas (1972), de Raúl Artigot, es una rara avis dentro de nuestra filmografía, desconocida incluso para los amantes del género, que se distancia bastante del resto de películas de aquel tiempo, con una enigmática historia de brujería ambientada en el mundo rural, que sin apenas sangre ni sensacionalismos pone los pelos de punta.
Ya desde el inicio mismo del metraje, antes de que aparezcan los créditos, en un bizarro y desconcertante prólogo, nos damos cuenta de que no estamos ante un film de terror al uso, sensación que va en aumento a lo largo de toda la película, llenándonos de incertidumbre y descolocándonos las neuronas con un delirante final.
Artigot explora con mano sabia los recursos siniestros del folclore rural: montes escarpados, aldeas desiertas, hospederías solitarias (con un magnífico Víctor Israel detrás de la barra), brujas y meigas, hechizos y sortilegios, aquelarres y misas negras, todo ello aderezado con una extraña y enloquecedora banda sonora (de Fernando García Morillo) que parece sacada del mismísimo infierno y que es, sin duda, una de las bazas más inquietantes del film.
A todo lo cual hay que añadir una atmósfera lisérgica y neblinosa, onírica y psicodélica, como de mal viaje de tripi, que confiere a la película un carácter enrarecido y malsano, absolutamente pesadillesco.
Aunque hace aguas por varios sitios (sobre todo por lo irregular del guion), El monte de las brujas tiene un algo indefinible de horror primigenio, atávico y ancestral, que consigue (sin que sepamos muy bien cómo) lo que no logran la mayoría de muestras del género: aterrar.
Más que recomendable.
Vicente Muñoz Álvarez
El monte de las brujas en You Tube:
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