de Ana Curra
Formas parte de mí. Cuando yo voy, tú lo haces conmigo, es inevitable, pero hablar de ti es otra historia. Se me encoge el alma y el estómago de punta.
El ángel más bello de ojos oceánicos, el viajero más imprudente cuya sombra alargada y negra se estiliza hasta aquí aullando música sobre cristales rotos y versos como puñales de la fraudulenta condición humana.
A mí lo que me gusta es recordarte en tus detalles cotidianos, hablar con César, el Dogo, el Mena, el Porras, Santi, Alberto… los que te conocimos de cerca. Adoraba tu media sonrisa, tus ironías, tus momentazos.
Poner tus discos y casettes y seguir compartiendo nuestros ruidos de forma perpetua.
Mirar a mi cachorro Trece y ver tu adoración por todos los cachorros del mundo.
Hacerme con un libro o disco recién comprado y ver tu movimiento compulsivo y tremenda avidez por desvirgarlo.
Tu costumbre sorprendente y desquiciante a partes iguales por desarmar en sus piezas más ínfimas cualquier aparato que entraba en casa, una radio, amplificador, guitarra… Todo era sometido a un escudriñamiento minucioso, dejarlo en nada, inservible… después, intentar crear de nuevo, como Dios. No siempre consiguiéndolo.
Tu talento sorprendente para falsificar las obras de arte de tu madre, pintándolas en cualquier caja de cartón de galletas, dar el cambiazo al marco y no ser descubierto. Vender los originales y a otra cosa mariposa.
Tus comentarios despectivos por todo currante que mata sus sueños, para ti la mayoría. Con arrogante mirada despreciando la mediocridad.
Y ya no te digo por los candidatos y sus caras de cochinitos, si vieras la que nos han liado los muy marranos! Me encantaría escuchar tus opiniones al respecto, leer tus improperios a balazos certeros en las redes sociales.
Como siempre, aquí llueve sobre mojado y los sin techo van en progresión desorbitada, hay ancianos que se tiran por sus balcones, trágicos dibujos rojos, llorarías de tristeza y de tu puño saldrían espectaculares palabros para los hijos de puta que mandan aquí abajo.
A los mandatarios les está ocurriendo algo inédito y muy divertido. Sus narices crecen y crecen sin fin, sus lenguas tartamudean y hablan de forma inconexa. Te encantaría la pijita Cospedal.
Los Hare Krisna pelados y vociferantes van en aumento. El otro día los vi volviendo a su sede Malasañera, me acordé de ti. "Me gustaría ser mas idiota todavía para cantar el Hare Rama".
César y su Stratocaster permanece, buscando paraísos artificiales, como siempre...
El Dogo, el Príncipe Payo, también lo hace. Ahora no come nada que tenga ojos.
El otro día abrí el cajón de las ausencias… salió el contrato de nuestra última casita en Chueca, tus documentos, los de nuestro cachorro currito, fotos de juventud arrogante, exuberante… informes médicos infames, nuestra última consulta médica por tu insistencia a traer un niño al mundo, tu creencia en que el amor podría con la ignominia… recuerdos, recuerdos, recuerdos que siguen doliendo.
Aquí están todos tus cuadernillos manuscritos de nuestra vida en común, donde lanzabas el primer escupitajo que más tarde y con trabajo y dedicación escrupulosa imprimías con un latido feroz, implorando un rato más de diversión salvaje.
En los Subterráneos, reales o anímicos, te echo de menos. Eran tus espacios habituales y reinabas como nadie, te expresabas mejor que nadie y le dabas la vuelta de tuerca como si nada.
Cada año cuando llega la desnudez y las hojas secas vuelan, constato tu lucidez premonitoria, te fuiste a la edad que lo hizo Cristo y lo dejaste bien escrito en tu Otoño Asesino. Brillante Ecce Homo. Yo soy todo y la fatalidad está en mí.
Tu pánico a contagiarme un virus que para mí jamás existió. Nunca me gustaron los condones y la sangre es un bello río de color, jamás tuve respeto ni miedo al invasor. Siguen sin atreverse conmigo.
Me gustaría saber qué tal vuestras fiestas al otro lado, con Eduardo, Camarón, Jimmy, Jim… hacerme un hueco para el gran rave del juicio final. No me lo perderé, estaremos juntos y en primera fila.
Tus poemas y canciones han trascendido. Te encantará ver todos los que a continuación lo demuestran. Con dedicatoria al chico delgado, de tez pálida y un as de picas tatuado. Sé que te gustaría y yo en tu nombre se lo agradezco. A todos y cada uno de ellos y ellas. En especial a Vicente.
Echo de menos tus ramos de flores cada día para nuestro santuario, no había muchas pelas pero siempre te las apañabas para que oliera bien.
Yo solo te regalé uno de rosas rojas, el último día…., después… lo cubrí con mi tierra
…….. y así continúo….
¿DÓNDE ESTABAS TÚ EN EL 94?
Vicente Muñoz Álvarez
Si a un poeta español fallecido le debíamos un homenaje en Vinalia Trippers (además de a Raúl Núñez, con el que nos desquitamos hace ya tiempo) era a El Ángel (Ángel Álvarez Caballero), cantante de Los Volcánicos (con los que grabó el mítico Polvo de Ángel, acompañado de Ana Curra, César Scappa y Los Mercenarios) y autor de un tremendo y revelador poemario titulado Los planos de la demolición (El Europeo, 1994), un documento estremecedor sobre la adicción a la heroína y la mala vida en las calles y un jarro de agua fría al sistema y el canon, que hoy, veinte años después, incomprensiblemente descatalogado y prácticamente inencontrable, se ha convertido en libro de culto por méritos propios.
Yo tenía por aquel entonces, en el 94, 28 años, tocaba la batería en un grupo de rock, era fan de Parálisis permanente (la malograda banda de Eduardo Benavente y Ana Curra) y El Canto de la Tripulación, había escrito ya un buen puñado de poemas urbanos y estaba contagiado hasta el tuétano por la literatura, y me sentí plenamente identificado con aquellos desgarradores, sucios y amargos versos, que evocaban el lado salvaje de la vida como nadie antes (al menos en nuestro país) lo había hecho.
Me quedé prendando de aquel libro, lo leí y releí docenas de veces en los años sucesivos y creo que, junto a los de Bukowski, Céline, Raúl Núñez y los autores beat, fue uno de los que más me influyeron y marcaron mi posterior camino.
A Bukowski, a Céline, a los beat y a Raúl Núñez, ya les dedicamos en su día nuestro sentido homenaje (en este fanzine y en diversas antologías), y ahora, fetichistas y mitómanos como siempre hemos sido, ha llegado el momento de saldar esa deuda pendiente con El Ángel y rendirle tributo a través de nuestros propios versos.
Va por ti, Poeta, con nuestros mejores latidos, allá donde ahora estés.
Ana Curra & Vicente Muñoz Álvarez, prólogos de Poemash Especial El Ángel, incluido en Vinalia Trippers 12.
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