qué chute de adrenalina escuchar de nuevo a los Salamanders, como en los viejos tiempos, masticando una magdalena (ácida) de Proust, como volver a La Cantina en una regresión temporal y ver otra vez a Nacho pinchando, a la peña de la greña enredando, melenas, patillas, chupas de cuero, los Fuzztones y los Sonics y los Sex Museum y los Music Machine, aquel León de finales de los 80, los ajos, la intensidad del instante, aquellos momentos, arrebatados y libres, tan grandes y pequeños a la vez, qué salvaje el mundo entonces y qué época vivimos, hijos sietemesinos de la democracia, cómo nos lo pasamos, cómo sonaban los amplis, cómo se agitaban nuestras neuronas, cuánto enredamos y qué lejos queda ya todo aquello... pero de nuevo ahora, creatures that time forgot, como llegadas del más allá, estas canciones, este disco y el cd (el auténtico sonido Salamanders, según Juancho), como volver a verles en la Tropicana, Action & Paper Woman, o en el Tijuana o en la Pícara o en el Trianón, cómo disfrutaba aquello, qué noches más locas, 25 años, el mundo a nuestros pies, nuestros lisérgicos colores, los orígenes de mi escritura y el Trance y el CCAN y el Emiliano y la calle y el Toisón... recuerdos y vidas que van quedando atrás... y el cielo protector y la perla siempre a la vista...
por vosotros
Salamanders
brindo
Vicente Muñoz Álvarez
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