En el prólogo que inicia este Cult movies. Películas para llevarse al infierno, entre algunas otras consideraciones, el autor, Vicente Muñoz Álvarez, nos deja claro dos cosas fundamentales para adentrarse en esta recopilación de textos individuales sobre un centenar de películas. La primera es que él no es crítico de cine y que por tanto los textos no serán análisis concienzudos ni exhaustivos sobre estas películas, sino que más bien y dada su condición de narrador y poeta su aproximación consistirá en textos apasionados de un espectador entusiasta que induzcan al lector a acercarse a ellas. La segunda hace referencia al criterio de selección escogido: «me interesan las obras que cuestionan el mundo en que vivimos, que remueven las vísceras y las conciencias, que aceleran la sangre y el corazón, mostrando sin filtros éticos ni políticos la realidad (…)».
Al margen de este criterio, la selección de textos ha sido extraída de un blog colectivo en el que participa el autor, y de donde se han extraído la centena de reseñas de entre unas ciento cincuenta, «reescritas (…), descontextualizadas del blog, y adaptadas a la idea y espíritu de este volumen» según reza también el prólogo del autor leonés.
Es tópico incidir en lo adecuado o no de la inclusión de determinados textos siempre que se hace una recopilación, o en lo irregular de la muestra escogida, y esta colección no es una excepción. En un compendio relativamente pequeño como este es cuando menos cuestionable la repetición de algunos directores (algunos incluso en tres ocasiones), aunque se trate de pesos pesados como Roger Corman, John Huston, Roman Polanski o el propio Alfred Hitchcock. Cualquier cinéfago consumado también podría objetar que la elección de determinados títulos es demasiado obvia (Vértigo, Psicosis, La naranja mecánica, Taxi Driver o Reservoir Dogs, por citar solo algunos ejemplos), si bien esto se compensa con algunos títulos algo más arriesgados como Bohemia perdida (Pedro de Liza, 1966), El incinerador de cadáveres (Juraj Herz, 1968), Ilsa, la loba de las SS (Don Edmonds, 1975) o Gothic (1986), del recientemente fallecido Ken Russell, por escoger también unas muestras.
Así, aunque cualquier purista puede encontrar la muestra irregular por la citada combinación de títulos clásicos y emblemáticos con otras rarezas de serie B y algún que otro material de derribo, como comenta en el epílogo José Ángel Berrueco, en estos tiempos en que una película como Matrix resulta arcaica a una inmensa mayoría entre las jóvenes generaciones, una guía como esta puede resultar muy útil para interesar en el séptimo arte a la juventud actual, que en general se mostrará más propensa a leer una página (que es lo que ocupa cada reseña) donde prima lo emocional, la adjetivación y la enumeración en un lenguaje cercano que a leer un ensayo o estudio crítico de mayor exhaustividad, para el que ya tendrán tiempo cuando se hayan convertido a la cinefagia.
El libro, que como todos los de la editorial Eutelequia está elegantemente diseñado, se complementa con, en un anexo final, los pictogramas de Julia D. Velázquez, donde con originalidad e imaginación la joven madrileña plasma su visión sobre 32 de las películas comentadas, en una técnica mixta donde se combinan fotografía, ilustración y diseño gráfico. Además, incluye un DVD con la película Gritos en el pasillo (2007) de Juanjo Ramírez, con el que el autor ha trabajado en alguna ocasión según confiesa en la reseña dedicada a la original película española de animación, un cuento de terror gótico y con influencias de Tim Burton donde los protagonistas son cacahuetes y que se desarrolla en un lugar perfecto para el género: un manicomio.
Sergio Vargas, Miradas de Cine.
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