17 días como soles sin separarme casi ni un minuto del mar, cómo los necesitaba para limpiarme por dentro y qué bien me han sentado, y enormes paseos balsámicos por la playa al amanecer, desdibujado por la bruma y fundido en cuerpo y alma en la arena, y Doñana salvaje y Faro luminoso y sobre todo Isla Culatra, República Independiente De No Se Sabe Qué, sortilegio y ensoñación, perdida en el espacio y el tiempo, y las caracolas y conchas enormes y medusas gigantes y horizontes eternos, y el amor y la ternura y los juegos, terapia absoluta, pura libertad...
Vicente Muñoz Álvarez
photo by Marlus Leon
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