van pasando los días de ruta, es otoño
en la tierra, ya he recolectado los tomates y la tila de mi pequeña
huerta urbana, y otra vez, como siempre, me marcan los ciclos, pienso
en el largo invierno de ensoñación a la vista, todo lo que va
quedando atrás, puertas que se cierran y abren, todo raro y extraño,
la verdad, cómo se suceden las estaciones, los
boletus, todo que viene y que va, los gestos, las sonrisas, los buenos y malos momentos, tic tac, todo,
sí, yendo y viniendo, que va y viene, que viene y que va... una carretera larga y llena de sorpresas,
la vida, con cientos de bifurcaciones y desvíos... qué me espera en la
dirección que no tomo, se preguntaba Kerouac, y yo me pregunto qué
me espera en esta, la que sí tomo, una y otra vez me pregunto lo
mismo y entorno los ojos y sujeto fuerte el volante y navego en mi furgoneta a la deriva y me
dejo llevar... una semana más de ruta y adiós a las
noches fuera de casa, la Wendy, el calor del hogar, se hunde Babilonia pero yo sigo a
flote, vivo, supongo que algún día algo me
hundirá... que nada te turbe, mantra de mi padre on the road: sigue, sin más, el camino...
Vicente Muñoz Álvarez
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