martes, 12 de agosto de 2014

SESIONES DE ESPIRITISMO (A medianoche me llevaré tu alma)


sobre las lápidas cubiertas de liquen de las tumbas del cementerio de Mirantes de Luna, a medianoche, hacíamos espiritismo... la instigadora y médium de la pandilla era Chavela, alta y mística y desgarbada, aficionada a la magia y a la brujería e influenciada por el Doctor Jiménez del Oso, que por aquel entonces, finales de los 70, presentaba en la televisión un programa de parapsicología titulado Más allá... después de cenar con nuestros padres en el camping del Náutico, nos reuníamos en la fuente y ascendíamos la pronunciada cuesta que desde las ruinas de Mirantes (abandonado desde los años 50, debido a la construcción del embalse), por un camino de piedra entre las sabinas, conducía al viejo cementerio... y allí, en aquel siniestro camposanto, a la luz de la luna, organizábamos las sesiones... Chavela, medio en trance, colocaba alrededor de un vaso, sobre una lápida, las 27 letras del abecedario recortadas en papel, nos pedía que entrelazáramos en círculo nuestras manos, colocaba el dedo índice sobre el vaso e invocaba con los ojos entornados a los muertos... y entonces, a veces lentamente y otras a toda velocidad, dependiendo de la intensidad de su trance, el vaso comenzaba a moverse en espiral, señalando letras y componiendo amenazadoras frases y palabras... doce y trece y catorce años, tendríamos entonces, aquellas noches de verano en el Pantano de Luna, con el cielo en lo alto sembrado de estrellas, las luciérnagas destellando entre los arbustos y los grillos cantando insistentemente a nuestro alrededor, y allí, en aquel cementerio olvidado, realizábamos las sesiones... casi siempre de guasa, es cierto, pero alguna que otra vez, también, acojonados por las palabras que los espíritus de los muertos nos iban revelando... quién y cuándo y cómo, por ejemplo, iba a morir primero, quién tendría una enfermedad o accidente o, lo más habitual, dónde y cómo estaban nuestros familiares fallecidos... a medianoche me llevaré tu alma, me llevaré tu alma, recuerdo que susurraba Chavela con voz cavernosa a menudo, para caldear el ambiente, cuando veía que nos reíamos o no estábamos concentrados, y nosotros, entonces sí, nos cagábamos de miedo al escucharla... aquellas palabras (que eran el título de una pavorosa película de José Mojica Marins) sí que nos daban miedo (y ella lo sabía y utilizaba), aquella lúgubre amenaza entonada como un mantra en la noche, no el vaso (manipulado descaradamente por ella) ni las profecías impostadas de los muertos ni las lápidas roídas del cementerio, sino aquellas ominosas palabras, a medianoche me llevaré tu alma, me llevaré tu alma, que aún resuenan en mi memoria, y seguramente en la de todos mis compañeros...


Vicente Muñoz Álvarez

2 comentarios:

  1. Es que disfruto un montón con lo que escribes Vicente, en verso, en prosa, es igual. No te puedes imaginar el paralelismo y la cantidad de gustos compartidos, por eso además de admirarte como escritor me lo paso "bomba" `porque me identifico con gustos, sentimientos, pasiones, situaciones. A pesar de la diferencia de años la complicidad es mucha. Gracias de nuevo por compartirlo. Yo como tú creo que se escribe con el corazón y sale sin filtro, puro sentimiento y pasión. Ese es nuestro derecho y nuestro gozo. De otra manera, no tiene sentido. Gracias por compartir

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  2. gracias a ti por tus palabras, Maica

    siempre un placer

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