Mejor morir luchando / que vivir siempre perdiendo. Con estos dos versos acaba el poemario "Canciones de la gran deriva" de Vicente Muñoz Álvarez, reeditado por la Editorial Origami trece años después de su primera edición por el Ateneo Obrero de Gijón. Trece años y trece poemas inéditos más en esta edición revisada del segundo poemario publicado por Vicente.
El leonés, uno de los principales perjudicados en su condición de español, como otros muchos, obviado y apartado en los círculos oficiales de la literatura española, es honestidad, valor y fe, en uno mismo y en lo que hace. Mucho se ha dicho ya sobre Vicente Muñoz; por decir algo nuevo, dar fe de su cutis inmaculado. Agitador cultural, o contracultural, si hubiese diferencia, puntal de la literatura subterránea con su mítico fanzine Vinalia Trippers; poesía, novela, cuento, ensayo... todo cabe en la maleta de este abogado vendedor de zapatos, y todo con una calidad notable / alto de media, cuando no sobresaliente. Como este poemario que utilizo como excusa para reivindicar al leonés y a su forma de ver y sentir las palabras, la poesía, hacer de ello un modo de ser y estar, humanizar y requerir autores denostados, protestar siempre contra todo, gritar que estamos aquí, que aún no se ha dicho todo. Labor encomiable que Vicente, como cabeza más visible de una panda de cabrones borrachos con un talento impresionante autodenominados Vinalia, realiza cada noche sin perder el aliento, pero hundiéndose en naufragios diarios. Sobreviviendo de nuevo y apenas llegar a la orilla, volver a luchar por seguir siendo aunque se esfuercen en impedirlo a cada paso y ganar batallas en una guerra perdida de antemano. Y esto último es básicamente estas "Canciones de la gran deriva" una lucha entre las derrotas diarias, la resignación, el dolor y siempre, aunque a veces sólo se atisbe de soslayo, la esperanza y la promesa de levantarse, de seguir en la lucha, disfrutar las cosas pequeñas, la sonrisa de una mujer, el recibimiento de un perro, aferrarse a ello, vivir (este libro es un canto a la vida) y coger fuerzas para cuando la puta vida nos aprieta.
... he construido y derribado muchos templos
pero todavía sigo en pie.
Y por muchos años, Vicente, por muchos años. Salud.
Jorge M.Molinero
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