De entre las muchas películas imprescindibles de Werner Herzog (Nosferatu, Fizcarraldo, Cobra Verde o Grizzly Man, por citar algún ejemplo), Aguirre, la cólera de Dios (1972) brilla con luz propia.
Un Klaus Kinski grandioso y feroz, un guión milimetrado, un paisaje ominoso y una atmósfera pesada y onírica que augura desde el incio el desastre, convierten a esta película en una singular y extrañísima pieza de culto.
Herzog nos muestra un ejército español diezmado, embrutecido y ávido de sangre y riquezas, y una Conquista abominable y rastrera, donde la traición y el crimen están al orden del día (una versión de los hechos más convincente, desde luego, que la del resto de películas que abordan el tema).
Con ecos de El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad (los disparos de cañón a ciegas contra la espesura, la silenciosa y opresiva amenaza del río), y un ritmo desesperante y pausado, Aguirre es una metáfora sombría de la locura y la ambición humanas y del desconcertante poder de la naturaleza en estado puro.
Que la disfrutéis.
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Creo que en la historia del celuloide no ha existido un careto que sea fiel expresión de la locura como el que nos depara Klaus Kinski en esta película!!!
ResponderEliminarvalhala rising me hace recordar mucho a esta pelicula...si de locura estamos hablando, ambición, violencia...vamos, de humanos.
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