OTRA reliquia del cine de terror mexicano y una de las películas más sugerentes de Rafael Baledón (junto a El hombre y el monstruo), Museo del horror (1964) sintetiza muchas de las constantes del género y, pese a los estragos del tiempo, sigue conservando como pocas su mórbido encanto.
Con ecos de Los crímenes del museo de cera, de André De Toth, pero con muchos giros y variantes propias del cine mexicano de horror, Baledón recrea una atmósfera horripilante, sobre todo en las secuencias del cementerio, y nos sumerge, a lo largo de la hora y media que dura el metraje, en un universo de pesadilla donde no falta el suspense, la hemoglobina y buenas dosis de espanto.
Ingenua, no obstante, en su planteamiento, apresurada en su desarrollo y torpe en su desenlace, Museo del horror, sin embargo, transmite a la perfección el espíritu de la mejor literatura pulp y cine de serie B de la época.
Algunos, algunos días, agradecemos que existan estas películas.
Vicente Muñoz Álvarez,
de Cult Movies 2: Películas para la Penumbra
(LcLibros, 2018)
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