si me acaricias las orejas
me quedo dormida
me dijo una noche
de insomnio
antes de saberlo
y comencé a acariciárselas
suave y lentamente
lenta y suavemente
hasta que empecé
a dormirme yo
te estás durmiendo tú
me dijo sonriendo
y yo
ya medio en sueños
y para justificarme
contesté
se duerme
el que acaricia
y caí rendido en sus brazos
hasta la mañana siguiente
desde aquel día
sortilegios del amor
nos repetimos
cariñosamente
esa frase a veces
esa frase a veces
se duerme
el que acaricia
un clásico ya
en nuestra relación
y aún seguimos
brindando por ello
brindando por ello
Vicente Muñoz Álvarez
photo by Marlus Leon
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