las olas como metáfora de lo que sentimos y proyectamos y somos, esa fijación y obsesión mía por las olas, cómo todo va y viene y viene y se va, un océano agreste y proceloso este, en el que navegamos, las olas como poemas, la perla y el ideal, que vienen y van, da igual lo que hagas y filosofes mientras y pienses, vienen y van, van y vienen y luego se van... y justo en el medio de ese mar tenebroso tú, que por ser humano, supongo, eres como yo, hueso y corazón, ahí, en medio del enigma y la nada, y qué difícil y extraño todo, el viaje, la vida y los naufragios, realmente extraños, pero qué bello y deslumbrante a la vez, y con qué te quedas, no lo sé, mientras esta tarde oscura y lluviosa de mayo languidece como un animal que agoniza, dime, si sabes, la respuesta...
Vicente Muñoz Álvarez
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