dejo atrás Babilonia y la niebla, salgo como a presión (mucha presión) del agujero negro de las tiendas y la carretera, de los zapatos y los hoteles baratos, de tanta melancolía y estrés, tengo ya aquí a mi perra Wen y amanecer al fin con este horizonte por montera es como despertar de una larga pesadilla... atrás quedan tres meses de zozobra y deriva, de pelea sin cuartel con las maletas de muestras a cuestas, clientes y carretera, zapatos y más y más zapatos, impagos, traspasos y todo tipo de problemas y jodiendas diversas, y al frente esta mañana, al despertar, un largo invierno de ensoñación a la vista... y ahora ya sí, quiero perderme en la niebla, en mi propia niebla, salir a buscar setas en la niebla, pasear por mi vetusta ciudad en la niebla y enredar todo lo que pueda en la niebla... pero lejos, muy lejos de la que dejo atrás, esa nube tóxica y griste de gas que gravita como una mortaja sobre Babilonia y de la que me ha costado tanto salir... y están ya acumulándose vertiginosa y gozosamente los nuevos proyectos, el nuevo Vinalia, nuestro número 14, con el que celebraremos por todo lo alto nuestro vigésimo aniversario, y nuestra legión incondicional de Tripulantes, Películas para la penumbra a punto de salir de imprenta, El merodeador en vías de reedición, los nuevos libros en los que estoy trabajando, mis blogs activados, mi familia y amigos siempre ahí, los viajes pendientes, mis adorados filmes de terror, la casa caliente y el fuego encendido...
todo va bien
me digo
todo va bien
let's go
Vicente Muñoz Álvarez
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