Otra apasionante producción de la Hammer (garantía indiscutible de calidad) y una de las películas menos conocidas de su director fetiche, Terence Fisher, El hombre que podía engañar a la muerte (The Man Who Could Cheat Death, 1959), es un muy destacable film de terror que hará las delicias de los amantes del género.
Inspirada en una obra de Barré Lyndon y remake de El hombre que quiso ser Dios (1945), de Ralph Murphy, la adaptación de Fisher representa como pocas el halo elegante y macabro característico de sus mejores películas (La maldición de Frankenstein, Drácula o El perro de los Baskerville): colores chillones, sensualidad contenida, personajes atormentados, escenarios góticos y crímenes maravillosamente orquestados.
Una retorcida historia sobre la búsqueda de la eterna juventud, que plantea el dilema moral y las consecuencias de desafiar las leyes de la naturaleza y que gracias a su original guion y cuidada puesta en escena, da una vuelta más de tuerca a los planteamientos habituales de dicha temática.
Fantásticos en sus respectivos papeles Anton Diffring (frío como el hielo), Arnold Marlé (entrañable y magnético) y Cristopher Lee (escéptico y altivo), y hábil como siempre la mano de Terence Fisher, que rubrica una de las películas más sugerentes y menos conocidas de su filmografía.
No os la perdáis.
Vicente Muñoz Álvarez
Trailer in You Tube:
No hay comentarios:
Publicar un comentario