sábado, 7 de junio de 2014

BOSQUE TRANQUILO


primeros paseos con Wendy por el bosque solitario estos días, mi silencioso Walden personal (exuberante como nunca hoy después de la lluvia), recuperando el sosiego y la calma tras el vaciamiento de las semanas pasadas en la carretera... caminando a pasos lentos meditando o pensando o dejando de pensar, reuniendo mi yo escindido y deteniéndome de cuando en cuando con los ojos cerrados a respirar, cómo olían esta mañana la lavanda y la madreselva, cómo brillaban las amapolas, el vuelo grácil de las palomas surcando el cielo, mis adoradas montañas a lo lejos y la cima protectora del Correcillas en el horizonte... ah, estos paseos matinales con mi perra por el bosque tranquilo, luz y terapia, cómo me sientan y cuánto los echo de menos en los días de ruta... que me enerva el bullicio, pienso, que necesito silencio, pienso, que me debilita la sociedad, pienso... y también que la montaña y el bosque me sanan, que me hacen renacer de mis propias cenizas y son mi espacio natural... hasta que lleguen, dentro de nada, los días de playa y de mar, mi otro Shangri La, y el rumor de las olas, bálsamo y cura, me termine de llenar...


Vicente Muñoz Álvarez

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