final de un ciclo de calzado y poesía vertiginoso y primer día de mi recién estrenada libertad... desde hace meses vendiendo sin descanso zapatos y presentando libros y dando recitales y asistiendo a lecturas y coordinando el festival del Musac, sin apenas un minuto para sentarme a respirar con el corazón al desnudo y los ojos cerrados... final de la campaña de primavera, cliente a cliente y tienda tras tienda con las maletas de calzado a cuestas, de todos los encargos literarios pendientes (prólogos y correcciones de libros, entrevistas, antologías, presentaciones y colaboraciones y lecturas aquí y allá) y final de Nombrando el porvenir, la encrucijada de poetas que desde hace meses, con Víctor y Eloísa, llevo preparando para el Musac... todo, días de ruta y poesía, poesía y días de ruta, muy rápido e intenso y muy beatnik, gratificante, sí, pero agotador... y por dentro, en lo profundo, la llamada de la serenidad y el sosiego, del retiro y la ensoñación...
miro hacia atrás
con los ojos cerrados
sigo el camino
Vicente Muñoz Álvarez
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