Para Juan Luis Panero, in Memoriam.
hablando de incesto y fin de raza
con ojos cansados de niños
que no quieren dormir
Leopoldo Michi y Juan Luis
Castrillo de las Piedras
y el presentimiento ya inequívoco
de la locura
que había en aquella casa
como un aura de ensueño
mientras ellos fumaban y bebían
conjurando a sus fantasmas
y entonando obscenos
mantras de inquietud
y allí estaban los tres
que presagiaban la demencia
de un futuro que al llegar aún fue peor
y yo les miraba o admiraba
y comprendía de sus lágrimas
que jugar a ser maldito
es tan hermoso y arriesgado
porque nadie hay capaz
de confundir al tiempo
sin curtirse luego en el olvido
y réquiem por los santos.
Vicente Muñoz Álvarez, de Parnaso en llamas (Baile del sol, 2006).
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