Por dónde iba a salir Pascual Laugier tras la polémica y ultraviolenta (aunque imprescindible) Martyrs, era algo que todos los que en su día la vimos nos preguntábamos...
La respuesta ha sido El hombre de las sombras (The Tall Man, 2012), un thriller de intriga claustrofóbico y también polémico (aunque no tanto), que aborda desde un peculiar punto de vista el tema, tan en boga en la actualidad, de los niños robados.
Una digna continuación, a mi juicio, de la citada Martyrs, que bajo la apariencia de cuento de horror gótico (y esta es una de sus principales bazas), desarrolla una trama llena de giros angustiosos en torno al mundo del secuestro de niños y la adopción.
La polémica, en este caso, se plantea no tanto por el tema que aborda, sino por las conclusiones que Laugier parece sugerir al final de la película, sin duda alguna discutibles desde el punto de vista ético.
Aunque, como en Martyrs, lo que engrandece el film en cuestión es la puesta en escena y solidez del guion (del propio Laugier), que nos mantiene en vilo a lo largo de todo el metraje y nos sorprende con un imprevisible final.
Podemos estar de acuerdo o no con las propuestas de este director en las dos películas mencionadas, nos pueden o no escandalizar o gustar, pero lo que está claro es que ambas, además de ofrecernos buen cine y suspense a raudales, nos hacen reflexionar, y eso, en los tiempos que corren, no es decir poco.
Que la disfrutéis.
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