se terminan, ya y al fin, los días cansinos de ruta, el calzado, la debacle del gremio y los hoteles de carretera, se acaba Híbridos 2019 y pronto la primavera, y espero y también, esta racha de baches, desvíos y turbulencias... como las olas del mar, que van y vienen y vienen y van, me repito, nuestro destino y el ritmo de las mareas... todo se termina o comienza, según lo enfoques y veas, todo, una vez más, en función del cristal a través del cual lo mires... y las cosas dulces y dolorosas y amargas y hermosas, este mundo tan bello y podrido a la vez, que no sé ya cómo interpretar ni entender, y alrededor, a modo de torbellino, gente que desaparece o se va, por arte de magia (blanca o negra, qué más da), se esfuma y se va... como el epílogo de una película de Fellini, decadente y crepuscular, surrealista y realista a la vez, queramos o no, la nave de la vida va... sopla las velas...
Vicente Muñoz Álvarez
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