Siguen hablando mientras yo aguardo sin decir nada frente a ellos. Mi padre, como de costumbre, me presentará al cliente después de haberse interesado por su vida un rato. Aprovechará cualquier silencio para hacerlo y dirá algo así como: Este es mi hijo, que me acompaña este viaje y que a lo mejor sigue conmigo. Estudió Derecho, pero se torció por el camino... Ya sabes lo mal que lo tienen hoy en día estos muchachos...
La fórmula se repite casi en idénticos términos en cada tienda que visitamos y frente a cada nuevo cliente desde que empecé con él la ruta. Ya estoy acostumbrado. Al principio, las primeras semanas, me molestaba escuchar siempre lo mismo, esa coletilla absurda de Estudió Derecho, pero se torció por el camino, que me resultaba trasnochada y falsa. Pero luego, con el paso de los días, me fui también acostumbrando a eso. Como a dormir en hostales baratos y comer cada día en un sitio distinto. Un trabajo como otro cualquiera. Y una rutina a la que por obligación hay que acoplarse.
Vicente Muñoz Álvarez,
de Los que vienen detrás y otros relatos.
Prólogo por Hernán Migoya. Ilustraciones de Miguel Ángel Martín
(DVD ediciones, 2002)
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