El único refugio, la única salida
Gas. Vicente Muñoz Álvarez. Prólogo de Gsús Bonilla. Lupercalia. 276 páginas.
JOSÉ ENRIQUE MARTÍNEZ
Filandón, Diario de León, 23/10/2016
Desde León, Vicente Muñoz ha llevado a cabo una valiosa labor poética y cultural por medio de revistas, fanzines, festivales poéticos y antologías, situándose como poeta entre «las voces del extremo», caracterizadas por su inmersión en las aguas de la vida y de la historia. Situarse en el extremo no es vivir al margen, sino a la contra, en la resistencia crítica frente al sistema.
Muñoz Álvarez ha aportado a la poesía diecisiete años de escritura y varios poemarios que se condensan en Gas, antología que recoge la labor poética de Muñoz entre 1999 y 2016, incluyendo poemas de cinco libros publicados y dos inéditos. Los primeros son: Canciones de la gran deriva (1999), Privado (2005), Parnaso en llamas (2006), Animales perdidos (2012) y Días de ruta (2014); los inéditos son Lobos de mar y 28 piezas del Libro de haikus. El resultado es Gas, título al que el poeta da un sentido existencial y social: ilusiones, recuerdos, ciclos estacionales..., todo es gas «vaporoso y evanescente..., efímero y contradictorio», preguntándose «cómo puede ser todo tan relativo, caótico y emotivo, tragicómico y subjetivo, bello y tremendo a la vez».
A lo largo de la antología observamos la fidelidad de Muñoz a una poesía realista y directa, expresión de una conciencia crítica personal, en lo que tiene de autobiográfica, y social, enfrentada a lo gregario y a lo asimilado por el sistema. Ni artificial ni artificiosa, la poesía es expresión de los problemas del yo y las circunstancias que lo rodean, que no son otras que las gentes de la calle. Es una poesía de resistencia que aunque formule sentimientos de tedio o de desesperanza no jubila la lucha por la vida. La poesía es también un modo de expulsar filias y fobias y de expresar la disidencia; los poemas están, dice el poeta, donde hay pobreza, mugre, violencia, muerte, guerra o locura, pero, a veces, «en los peores naufragios / pueden salvar nuestras vidas», siendo la poesía «el único refugio / la única salida» o el único consuelo. Sus parientes son Bukowski, Burroughs, Kerouac...
El inédito hasta ahora, Lobos de mar, se compone de poemas breves, cercanos al latido inmediato, al sentir momentáneo, al desengaño de una vida hecha de luces y sombras, besos y heridas, con un tono de serena amargura propia de quien ha vivido experiencias que han sedimentado en melancólicas consideraciones, sabiendo que «queda sólo / la tristeza / para siempre clavada / en el corazón».
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