domingo, 14 de septiembre de 2014

LA DAMA DEL ALBA


Otra maravilla de nuestra filmografía a reivindicar, tenebrosa, poética y crepuscular, La Dama del alba (1966), de Francisco Rovira Veleta, es un elegante cuento de fantasmas muy poco al uso, que se distancia, tanto por estética como por temática, de los filmes de género de su tiempo.

Adaptando a la pantalla grande una pieza teatral de Alejandro Cassona, Rovira confiere a esta película un halo anacrónico y atemporal, una atmósfera fantasmagórica y onírica, potenciada por los impresionantes paisajes y el pueblo donde se rodó, que transporta al espectador a una realidad paralela, como de ensueño de opio o desvarío romántico, fuera del espacio y el tiempo.

El amor y la muerte, el más allá, el remordimiento y la culpa, la traición y el engaño, la venganza y los celos, fuentes eternas de inspiración poética, son los pilares sobre los que se erige esta fábula estremecedora, que se queda grabada a fuego como un estigma en el subconsciente.

Magníficas interpretaciones, fotografía y puesta en escena, y, como curiosidad añadida, varias imágenes subliminales (minuto 16:16, por ejemplo: una calavera) que acentúan el aura de fatalidad y tragedia inminente que gravita sobre toda la película.

9 sobre 10.

Vicente Muñoz Álvarez

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