Otra película de culto que merece la pena desempolvar y con la que pasaréis una trepidante velada: Autostop sangriento (Autostop Rosso Sangue, 1977), de Pasquale Festa Campanile.
Una road movie despiadada y cruenta, obscena y políticamente incorrecta, que si visionáis sin complejos, os lo aseguro, disfrutaréis de lo lindo.
Eso sí, no apta para todo tipo de públicos (abstenerse devotos de la Agenda 2030), el que avisa no es traidor.
Protagonizada por tres grandes del cine de serie B: la sensual Corinne Cléry (musa de Historia de O), el histriónico David Alexander Hess (que recordaréis por sus perversos papeles en La última casa a la izquierda y Trampa para un violador) y el enorme Franco Nero, Autostop sangriento nos sumerge en una vertiginosa trama de robos, asesinatos y engaños, que corta la respiración y sorprende por sus giros argumentales y su epatante final.
La magnífica y psicodélica banda sonora de Ennio Morricone (sin duda, una de las bazas esenciales del film), su estupenda fotografía (muy superior a la media en este tipo de producciones) y la velocidad con que se desarrolla la acción en la carretera, entre motos, camiones y coches cubiertos de polvo, hacen de esta película una delicia para los amantes de las emociones fuertes.
Cosas así, por desgracia, solo se rodaban en los años 70: qué tiempos...
Vicente Muñoz Álvarez
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