DESPUÉS de ¿Qué fue de Baby Jane? y Canción de cuna para un cadáver, ambas de Robert Aldrich, y cerrando una especie de trilogía personal, Bette Davis volvió a interpretar a una anciana desequilibrada y perversa en esta película de Seth Holt, A merced del odio (The Nanny, 1965), menos truculenta que las dos anteriores, pero también llena de macabras sorpresas.
Adaptando a la pantalla grande una novela de Evelyn Piper, la película de Holt se sustenta, como las de Aldrich, sobre la interpretación magistral (aunque aquí más contenida) de Bette Davis, que monopoliza obsesivamente la cámara, y sobre un guion lleno de giros y pistas falsas que desconciertan al espectador.
Muy logrado el suspense y las interpretaciones del resto de actores (en especial la del niño William Dix), pero sobre todo inolvidable el papel de Bette Davis, que una vez más demostró que le iban como anillo al dedo este tipo de personajes atormentados.
Vicente Muñoz Álvarez,
de Cult Movies 2: Películas para la penumbra
(LcLibros, 2018)
No hay comentarios:
Publicar un comentario