Una de las películas más polémicas y transgresoras que he visto en toda mi vida (y en mi caso en concreto, os lo aseguro, es decir mucho), bucólica e idílica en cuanto a paisajes y estética, poética incluso a veces, pero perversa, sádica y envenenada como ninguna: Maladolescenza (1977), de Pier Guiseppe Murgia.
Que la adolescencia es una edad complicada y llena de dudas y conflictos éticos, sexuales y morales, ya lo sabíamos (me vienen a la cabeza, a bote pronto, No nos libres del mal y Tenemos que hablar de Kevin, ambas estupendas y tremendas), pero este filme, sin duda, supera a todos en perversidad, no tanto por las escenas de sexo de los protagonistas, ya de por sí provocadoras y escandalosas (hoy en día, de hecho, imposibles de rodar), sino por el rosario de humillaciones, físicas y psicológicas, que entre ellos se infligen, y que obviamente concluyen, como en los dramas griegos, en tragedia y desgracia.
Con la musa Eva Ionesco, icono de Lolita pop de los años 70, en pleno esplendor pubescente, y el atroz asesinato de una paloma acribillada a flechazos, que levantó ya ampollas en su día, entre otras muchas delicatessen, la polémica está servida.
No digáis que no os avisé.
Vicente Muñoz Álvarez
No he visto la película, Vicente, pero leo esta crítica en filmaffinity: "Sé que en mis críticas repito mucho la palabra "mierda" pero no encuentro otra palabra mejor que describa una basura como ésta. Yo admiro los filmes que son polémicos, que sus realizadores muestren agallas y propasen ciertos límites para sobrecoger al espectador. Pero una cosa es saltarse ciertos límites y otra muy diferente es hacer lo que el cerdo insano de este director ha hecho con este bodrio". Tiene que ser muy fuerte para que haya dos opiniones tan contrarias.
ResponderEliminarUn abrazo.
Nada mejor que verla para juzgar. Saludos.
ResponderEliminar