supongo que hay para todos un punto, querídisimos drugos míos, en que las fuerzas y la energía comienzan a escasear, y las fiestas se terminan o empiezan, simplemente, en otro estado del alma y lugar... supongo que agotan los viajes, las presentaciones y las lecturas, los desplantes y las ausencias, las ilusiones y los sueños rotos, las mafias y los desatinos, y llegado a ese punto de la travesía, fin de una etapa y personalidad, el que escribe comienza a replantearse cosas, por qué y para quién y de qué manera y cuándo, y es el momento de reajustar el punto de encaje... sí pero así, no porque ya no, ahora así no, o quizás en la siguiente en la estación... no lo sé, todo es variable e impermanente, aleatorio y cambiante, todo, siempre, en continua mutación... libros y libros y libros, toda mi vida letras y libros, y toca ya quedar conmigo a solas, lo noto, y disfrutar a pierna suelta de mí...
los libros
permanecen
me repito
como un mantra
los cerebros
y los corazones
no
Vicente Muñoz Álvarez
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