Los poetas leoneses ‘procesionan’ hoy por los bares de la ciudad
Tan singular ronda literaria arrancará en Espacio Vías y luego hará 3 escalas más
L. Castellanos / La Crónica de León
La poesía se hace hueco en Semana Santa. Once autores leoneses (en principio) serán protagonistas hoy de una ronda literaria, lúdica y etílica que se iniciará en Espacio Vías, al estar integrada esta en el programa de actividades organizado con ocasión de la exposición ‘Memoria química’ dedicada al fotógrafo Chema Baños, y luego irá viviendo diferentes escalas en algunos bares de la ciudad. ‘Dolores de poesía en los bares’ se ha bautizado a esta iniciativa cultural que, como indica Felipe Zapico, uno de sus actores, se celebra bajo este envoltorio “porque queremos juntarnos en los bares que nos gustan. En los bares donde hemos escrito y sobre todo bebido. Y queremos celebrar esta ronda poética con la compañía de nuestros amigos”.
Cual vía crucis profano, se ha dispuesto una ruta con cuatro estaciones donde cada uno de los poetas irá haciendo frente a su propia obra. Así, tal y como ya se ha apuntado, el itinerario arrancará en Espacio Vías a las 21 horas; a las 21.45 horas este se acercará a El Gran Café para luego proseguir hacia el Bardalla (22.30 horas, en la calle Serradores) y desembocar finalmente en el Benito, en la Plaza Mayor (23.30 horas), lugar donde, además del plantel anunciado, podrán sumarse quien así lo desee para recitar sus propios versos. Una especie de micro abierto (”pero sin micro”, como apunta Zapico) que hace este acto mucho más abierto de lo que ya realmente es.
La nómina de participantes ‘oficiales’ es la siguiente: Jorge Pascual Blanco, Luis Miguel Rabanal, Toño Morala, Ildefonso Rodríguez, Abel Aparicio, Juan Pajares, Víctor M. Díez, Xen Rabanal, Vicente Muñoz Alvarez, Eloísa Otero y Felipe Zapico. Viven su participación en la cultura leonesa con naturalidad, sin estridencias y alharacas, desde la proximidad. De esta manera van a participar en esta ‘procesión de dolores poéticos’. Bebiendo y recitando. Compartiendo su tiempo y su obra con sus amiguetes y sacudiéndose cualquier aire de suficiencia y arrogancia, a los que son tan dados otros escritores autoaupados en ficticios pedestales.
Todos ellos ya han dado sobradas muestras de su convicción creativa. Pertenecientes a generaciones diferentes y la mayoría de ellos no enmarcados en corrientes concretas, han ido publicando su poesía a través de diferentes vehículos y soportes. Algunos salen en los manuales; otros ni han asomado por ellos. Algunos se mueven en diferentes foros artísticos y abundan en la versatilidad artística; otros, más tímidos, se manejan en entornos más restringidos. Unos han ganado premios y concentran más atenciones; otros lucen su anonimato... Pero, sin duda alguna, disfrutan de vínculos comunes: la poesía sobre todo, pero también otros lazos menos visibles (vitales e intelectuales) aunque igual de ceñidos.
‘Dolores de poesía en los bares’, cuyo cartel anunciador es fruto de un diseño de Julia Velázquez, nace por iniciativa de Felipe Zapico (cuyo poemario ‘Litro de versos’ ha disfrutado de una excelente acogida), —“ llegamos, tomamos algo y cada uno o una leemos alguna cosa, y a otro bar; si conseguimos que nos acompañen amigos hacemos una ronda, que no es de papones, no de Genarín, no del rancio reino”, apuntaba hace unas semanas Zapi en el blog de Eloísa Otero ‘Isla Kokotero’— y su caracterización ha ido matizándose a lo largo de las últimas semanas, encontrando en el homenaje a Chema Baños (fotógrafo estrechamente ligado a algunos de los poetas participantes) la excusa idónea para darse impulso.
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