Siempre sinceras, siempre guerreras, guerreras que alzan las armas o que las esconden tras la espalda, las Pandoras, tomando como plataforma de lanzamiento la voluntad de Vicente Muñoz Álvarez de resolver las diferencias de género en la literatura alternativa, nos ofrecen, cada una con su voz particular, el retrato de la Mujer contemporánea.
Eso no quiere decir que nos encontremos ante un libro de poesía “contra el Hombre”. Aquí no hay ataques al Hombre como animal irracional y despreciable. Aquí hay mujeres normales que decidieron, hace mucho o hace poco, tomar papel y boli para transmitirle al mundo sus vivencias. Mujeres liberadas. Mujeres que nos invitan a un viaje de variados paisajes que van desde el desgarro emocional hasta la plenitud existencial, pasando por el desengaño amoroso, la frivolidad descarada, el miedo o la ternura que hace saltar lágrimas.
Si algo une a todas estas mujeres es la sencillez en la forma y la libertad en el contenido.
Encontramos por sus páginas una poesía despojada de adornos, directa en su planteamiento, una poesía que huye de los rodeos. Si hay que poner follar se pone, si hay que poner te quiero, igual. Y punto.
La diferencia entre todas ellas es la edad, pero este factor, lejos de ser un inconveniente, es la base para mostrar verdaderamente a la Mujer contemporánea antes citada. El cambiante contexto social influye, irremediablemente, en la visión de los artistas y por ello es buena idea mostrar ese espectro de edad tan amplio a la hora de crear una antología así. La enriquece.
¿Cómo debemos usar 23 Pandoras? Tal y como usamos el Hank Over: como un cuidado catálogo de lo que se mueve en el circuito underground; por lo tanto, no hay que quedarse en el libro sino investigar y descubrir la totalidad de lo que estas poetas dejan entrever en esta colección de poemas.
Estoy seguro de que merece la pena.
Javier Belinchón, del blog Tinta en las manos.
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Gracias por colgarlo aquí, Vicente
ResponderEliminarUn saludo!!
Muy buena elección la tinta de Javier se impregna con acierto y sin amiguismos. Un beso
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