martes, 31 de marzo de 2009

SOUVENIR



SOUVENIR

Sabía que durante el camino habría chicas, visiones, de todo;
sí, en algún lugar del camino me entregarían la perla.

Jack Kerouac


Era una tarde de lluvia cualquiera en La Rochelle
y mi chica y yo buscábamos la perla
deambulando sin rumbo por las calles.

Los mástiles de los barcos se agitaban en las aguas
y junto a los muelles una pareja de saltimbanquis melenudos
hacían piruetas y suplicaban luego de la gente unas monedas.
Pero todo el mundo parecía estar cansado
o hipnotizado o muerto,
como en esos cuentos de hadas tristes
que sólo a veces nos cantan de pequeños las abuelas.

Y entonces, súbitamente, pudimos ver la magia.

Fue en el interior de un bar extraño,
lleno de mesas verdes y cubas de madera
y tipos barbudos que hablaban y bebían
y parecían estar maquinando una revolución.
Allí estaban, con sus vasos de vino blanco o tinto,
fabricando calor con aspecto de escultores locos.

Así que mi chica y yo también bebimos
y nos llenamos la cabeza con su magia
y nos besamos varias veces
y descubrimos que en el lugar menos pensado
puede brillar la Perla Azul.

La cuestión no es el tiempo ni el espacio,
sino el color del cristal a través del cual se mire.

Vicente Muñoz Álvarez, de Antología del beso. Poesía última española. Mitad Doble Ed. 2009.

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