lunes, 31 de agosto de 2020

AS DE BOLETUS



Impresionante boletus (de más de un kilo)
el que nos encontramos ayer, 
brillando como una perla en el bosque... 

¡¡¡ Pura delicatessen !!!

lunes, 24 de agosto de 2020

LARVA



hay una larva retorciéndose dentro de mí, el pasado y el futuro retorciéndose ávidamente dentro de mí, devorándolo todo, y a la vez, también, la conciencia del presente y el aquí, lo que debería hacer y no hago, ser y no soy, sentir y no siento, y todo se fusiona aleatoriamente, larvas e insectos, deseos y anhelos, en este pozo sin fondo que es mi cabeza... y están también los traumas y los complejos, los golpes y las heridas, cómo sangran y mediatizan, y tantas otras cosas que no logro conciliar... quiero y no puedo, siento y no siento, gozo y padezco...


Vicente Muñoz Álvarez,
de Travesía (Chamán Ediciones, 2018)



jueves, 20 de agosto de 2020

ABULIA



tengo que sentarme ya a escribir, disciplinarme, concentrarme, imponerme un ritmo, respetar un horario y no dejarme llevar, no abandonarme, dispersarme, ya basta de excusas, negligencia, pereza, pasa el tiempo, los meses, los años, pasan los días, demasiados paseos, películas, tanta ensoñación, tomarme en serio las cosas, ordenar mi despacho, el escritorio, guardar los apuntes, clasificar las revistas, comprar bolígrafos y carpetas, registrar mis libros, rematar la antología pendiente, los relatos y poemas a medio terminar, el prólogo al libro de P, actualizar los blogs, preparar el siguiente Vinalia, hacer las reseñas de X e Y, contestar a J y M, leer este libro y aquel, perseverar en la poesía, revisar mis libretas, repasar mis diarios, pulir mejor mis textos, hilar mejor las frases, trabajar más los diálogos, dominar mejor los tiempos, retomar el ensayo de T... y también hacerme análisis, controlar mi dieta, fumar y beber menos, reducir más la sal, cepillar a la perra, abonar el jardín, limpiar el garaje y fregar la escalera, echar gasolina a la furgo, hacer duplicados de las llaves de casa, lavar y tender la ropa, engrasar la bici e ir al banco, pasar el aspirador, barrer la terraza... y no dejarlo todo para mañana, perder tanto tiempo, no embobarme tanto en facebook, en el correo, con el emule y con el ordenador...

así me encontraré mejor

así me encontraré mejor


Vicente Muñoz Álvarez,
de Días de Ruta
(Lupercalia, 2014)

martes, 11 de agosto de 2020

COMO UN GUANTE DE SEDA FORJADO EN HIERRO



la poesía 

esa visión
que viene
y que va

te abandona 
o vuelve

ilumina
o abrasa

como el amor 

según 
qué circunstancias


Vicente Muñoz Álvarez

Cover by Daniel Clowes

lunes, 10 de agosto de 2020

MI VIDA EN LA PENUMBRA: Fragmentos (3)



Ella sale del coche y mira al cielo. Está por momentos más oscuro. Encapotado de enormes nubes grises. Él sigue al volante. Acaba de robar un banco. Le persigue un policía. Cada vez está más cerca. El piso del coche está lleno de jeringuillas y latas de cerveza. En el asiento trasero hay una chaqueta. Ella mira al suelo. Su mirada se detiene en una mancha oscura. Se agacha. Es un trozo de jamón lleno de hormigas. Corren sobre él en todas las direcciones. No hay ninguna quieta. Él mira por el retrovisor del coche y descubre la chaqueta en el sillón. Se olvida del policía. Se da la vuelta y la coge. Hurga en los bolsillos. Ella siente una gota de agua en la cabeza. Se levanta y mira al cielo. Otra gota. En la cara. Está lloviendo. Pisotea el trozo de jamón lleno de hormigas. Vuelve a entrar al coche.

Vicente Muñoz Álvarez, 
de Mi vida en la penumbra
(LcLibros, 2020)



sábado, 1 de agosto de 2020

EL PENITENTE



TAN cruentos fueron mis pecados que opté por la continua penitencia para obtener así la redención. Disciplinas, abrojos y cilicios fueron desde entonces el sustento de mi alma, la esperanza hiriente de mi salvación. Durante años porté con arrobo el capirote de los disciplinantes y flagelé mi espalda con una furia que ningún otro asceta compartía. Mi arrepentimiento exigía la perpetua mortificación, la laceración de un cuerpo ansioso de dolor, que se extasiaba cada vez más en el martirio. Llegué a ser sólo llaga y piel, el reflejo de una contrición sangrienta que todos despreciaron. Y al fin, tras lustros de dolor, la austeridad de mis costumbres fue la causa de mi muerte. Había ganado el paraíso ya en la tierra y ascendí custodiado por los ángeles al cielo. Pero habituado a repudiar el gozo y regocijarme tanto tiempo en el dolor, hube de bajar por mi propia voluntad a los infiernos para ser allí mortificado eternamente.

Vicente Muñoz Álvarez,
de Marginales (Lclibros, 2020)