jueves, 30 de septiembre de 2021

VIDA EN LOS BOSQUES


no haber sido
de derechas
nunca

y no volver
a ser de izquierdas
jamás

visto lo visto ya

tierra de nadie

ese lugar


Vicente Muñoz Álvarez

photo by Marlus Leon

lunes, 27 de septiembre de 2021

MAR ADENTRO



esta corriente
mar adentro
mi lucha

lo que arde
al fondo
de mi corazón

esta deriva
mi naufragio
mi angustia

lo que nadie
más que yo
puede contar

mi apuesta
suicida
por la literatura


Vicente Muñoz Álvarez
de Días de ruta
(LcLibros, 2021)



viernes, 24 de septiembre de 2021

KURTZ vs BARDAMU



Acabo de releer, por tercera o cuarta vez (ya no recuerdo), de un par de sentadas, El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad, y más que nunca me he dado cuenta en esta ocasión de las similitudes con Viaje al fin de la noche, de Céline, la parte africana en concreto, el desastre del colonialismo europeo allí, el infinito y la nada dentro de nosotros mismos, el Dorado y la Perla, el absurdo y el caos, el horror, según Kurtz y Bardamu, el horror... Conrad primero y Céline, dando otra vuelta de tuerca después, lo retrataron sin filtros ni ataduras, cada uno a su modo y manera, pero con la misma oscuridad de fondo también: sublimes ambos.

Vicente Muñoz Álvarez

martes, 21 de septiembre de 2021

BLACK HOLE



toda la vida
echando arena
sobre tu pozo

no hará
que se vaya
a llenar

el fondo

aún lejos


Vicente Muñoz Álvarez

Cover by Charles Burns

lunes, 20 de septiembre de 2021

FIN DE SEMANA EN LA TIERRA



el sábado comí
con los padres
de mi chica

tras meses
de incomunicación
y pandemia

y el domingo
justo al revés

con ella
y los míos

entre unos
y otros

pensé

siglos de vida
reunidos
en una mesa

contra vientos
y mares

y de entrega
y amor

también


Vicente Muñoz Álvarez

photo by Marlus Leon

viernes, 17 de septiembre de 2021

PALABRA: FESTIVAL INTERNACIONAL DE LAS LETRAS Y LAS ARTES


El día 9 de octubre, junto a Ben Clark y Alba Flores (en un paréntesis de la ruta de calzado), recitando poemas de no ficción, aquí estaré.

Pedazo de Festival:


jueves, 16 de septiembre de 2021

LITERATURA PROHIBIDA



viendo estos días
documentales sobre
arqueología prohibida

la que se oculta
por incómoda
y no le interesa
en cada momento
de la Historia
al poder

sea cual sea
y se deba
a lo que se deba
en cada momento
de la Historia
ese poder

pienso

igual que
en la literatura

los mismos vetos
y engaños

las mismas
estrategias

también

Vicente Muñoz Álvarez,
de Haga lo que haga en la Tierra,
(Canalla Ediciones, 2020)



miércoles, 15 de septiembre de 2021

TÓMBOLA



la vida
es una tómbola

en cada momento
de la Historia

según en qué
lado estés

te tratará

lo tengo
ya claro


Vicente Muñoz Álvarez

martes, 14 de septiembre de 2021

MAD DOCTORS



Están siendo tiempos realmente extraños, estos, tras la pandemia y el caos, cruces de caminos, deserciones y reconversiones, distintos modos y puntos de encaje (que diría el bueno de Castaneda), desengaños y cambios de muda y de piel, lo que se dice una selección natural, pura frenología laboral en esta España del siglo XXI, según dónde y en qué orilla estés, tus rasgos y tu perfil, público o privado, he ahí tu destino... Tiempos difíciles de digerir para muchos, bajo el lema de VACUNA & RECÍCLATE, abandonados por el "Estado de Bienestar", globalizados, ninguneados, vapuleados y a años luz de lo que nos prometieron e hicieron soñar... Torres y quimeras caídas, ángeles que agonizan, hipocresía y oportunismo, chalets en Galapagar y sueños rotos: cuánto daño a algunos, los no subvencionados, los olvidados, los parias, nos están haciendo: algún día la Historia lo juzgará...

Vicente Muñoz Álvarez

LAS SETAS según JOSÉ ÁNGEL BARRUECO



Para mí, la aparición de un nuevo libro de Vicente Muñoz Álvarez siempre es una grata noticia. Tanto en poesía como en narrativa o en ensayo, se trata de un autor que siempre habita en los márgenes de la industria literaria. Es alguien a quien no se puede comprar y que tampoco doblará el espinazo para meterse en una editorial gigante si las condiciones no le acomodan o van a convertirle en siervo del sistema. Eso implica, entre otras cosas, que sus textos no se acomoden a modas ni tendencias.

Las setas y otros relatos de la Era Pulp constituye un festival de guiños, homenajes y temáticas, un cúmulo de sorpresas siempre tamizadas por su particular visión y su estilo, que se nutren del cine de terror y la literatura underground, de lo incómodo y lo marginal, sin jamás olvidar sus referentes (Kerouac, Bernhard, Pavese, Fante, Burroughs, Blackwood, Poe, Céline…). La mayoría de los textos provienen de su época como colaborador en revistas y en fanzines: son, por tanto, cuentos libres de ataduras y de imposiciones. Varios de ellos ya habían aparecido en libros dispersos (por ejemplo, aquí aparecen algunos que ya estaban contenidos en El merodeador, quizá mi obra predilecta de Vicente); otros son inéditos. Y en todos se pasea por el lado oscuro del pulp: hay psicópatas, tipos que creen estar enfermos, solitarios insomnes, extraños monstruos que diezman tripulaciones, niños crueles, habitantes que oyen pasos en la vivienda…

José G. Cordonié apunta en el primer prólogo, muy acertadamente, que Vicente toma la tradición pulp y le da la vuelta, la reconstruye “con su propio estilo, con tramas o argumentos que tal vez hayas podido encontrar en otros libros o películas, pero no de esta manera, porque en estas páginas se presentan dados la vuelta, sin clichés, con distintos lenguajes y puntos de vista”.

Éste es un volumen para gozar, para volver a una época de cines de barrio, literatura de kiosco, cómics sangrientos y programas urdidos por Ibáñez Serrador: uno sale de él como de aquellas salas de sesión continua donde a veces estrenaban un raro programa doble con un filme de terror o aventuras de serie B y otro tan sólido como La naranja mecánica. Es decir: que uno se ha divertido, pero también ha reflexionado.

José Ángel Barrueco, 
Escrito en el Viento




lunes, 13 de septiembre de 2021

UNFORGIVEN


siento que
con la pandemia
he envejecido
diez años

moral psicológica
y económicamente
hablando

no lo olvidaré

jamás


Vicente Muñoz Álvarez

BOSQUE ANIMADO (Meditación)



se agota poco a poco mi tiempo libre, los árboles empiezan a teñirse ya de amarillo, a perder las primeras hojas, y a punto estoy de comenzar la ruta de calzado otra vez, mi vida on the road, la práctica y prosaica y económicamente rentable, la de vendedor de zapatos, la que me da comer, y despedir los largos paseos de ensoñación por el bosque al amanecer, ese bosque mental y animado que atravieso con mi perra todos los días y ese sendero entre los pinos que inconscientemente utilizo como técnica de meditación, en el que se funde lo interno y lo externo, el paisaje y los pensamientos, que me lleva sin darme cuenta de aquí para allá, del oficio de la escritura a la razón de mi insomnio, de la hipocondría a la exaltación, del sosiego a la duda, de la calma al miedo, de dentro hacia afuera y de afuera hacia dentro... como una tela de araña el bosque atrapa mis pensamientos y me transporta a una realidad paralela, observo las montañas en el horizonte y pienso en el paso del tiempo, la fugacidad de la vida y la tiranía del reloj, cómo cada segundo nos roba el aliento, hasta que el vuelo sincronizado de una bandada de palomas me hace abandonar súbitamente esta idea, la de lo efímero y lo pasajero, y analizar por centésima vez el sentido de mi escritura, el por qué de la misma, si apenas nadie (me) lee, para qué toda esta entrega, si no sería mejor dedicarme a otra cosa, buscarme otra evasión, aunque en el fondo sepa que intentarlo sería inútil, estoy contagiado hasta la médula por la literatura, hace mucho tiempo ya que no hay marcha atrás, no debo plantearme eso, me digo, y acto seguido mi perra sale corriendo detrás de una ardilla que trepa vertiginosamente por el tronco de un árbol y se nos queda mirando desde arriba expectante y me hace pensar en lo feliz que tiene que ser una vida sin mente y conciencia, nuestra más terrible enfermedad, y a continuación durante algunos minutos me concentro en el aquí y el ahora, lo único en el fondo real, hasta que me vuelvo a sorprender nuevamente pensando en la suerte que tengo por tener un trabajo en medio de esta crisis perversa, aunque sea vendiendo zapatos, y en cómo me irá la campaña esta vez, si daré de nuevo la talla, y en cuándo saldrán mis nuevos libros, si quedarán bien las portadas, y en la película que vi ayer y en lo que soñé esta noche y en lo que voy a hacer mañana... hasta que el claxon estridente de un coche que pasa cerca de mí me hace darme cuenta de que ya he salido del bosque y camino ensimismado por la calle pisando el asfalto, el sendero que atraviesa los pinos me ha conducido de nuevo a mi casa, cómo ha pasado el tiempo, pienso, y abro la puerta y subo rápidamente la escalera y me siento frente a la pantalla en blanco del ordenador a escribir compulsivamente lo que durante el paseo he estado pensado...

Vicente Muñoz Álvarez,
de Días de ruta
(LcLibros, 2021)



domingo, 12 de septiembre de 2021

LAS SETAS en casa de ANTONIO JAVIER FUENTES SORIA


Anoche terminé "Las setas y otros relatos de la era pulp" de Vicente Muñoz Álvarez (Ed. Versátiles.2021). El libro es una pasada, relatos inteligentes con mucho ritmo, calidad, gancho, literatura de la buena, una genial fotografía del lado más oscuro de la vida.

Antonio Javier Fuentes Soria



jueves, 9 de septiembre de 2021

TRAGASABLES



lecturas de poesía
como las de antes

sin circo
ni aditivos

un poeta
un micrófono
y un corazón
latiendo

la literatura

para mí

es eso

Vicente Muñoz Álvarez

miércoles, 8 de septiembre de 2021

LAS SETAS en MOTEL MARGOT (20 MINUTOS)


El viaje en el tiempo ha comenzado. La editorial Versátiles pone el vehículo y Vicente prepara obsequios para elois y morlocks. Relatos atrapados en el ámbar del papel grapado y las fotocopias, que vuelve frente a nuestros ojos dispuesto a infectarnos de nuevo. Generaciones que escribimos cartas, que hicimos fanzines. Generaciones de dos canales, de máquina de escribir. Generaciones que empezaban a ver el Cinexin como una antigualla. No se puede decir que los fanzines, reconvertidos a la era digital superan el regusto de lo analógico para ser el cauce definitivo. Escapa de la tinta fabricada con bits, los pop y los antipop, Dios, el diablo, Perdidos, los tebeos de Vértice, los beatniks, las pelis de serie Z, Poe, el boxeo, Raúl Núñez, El ángel, las tripulaciones que derrocan al capitán… al final todos volvemos a Vicente Muñoz Álvarez porque es el único que dice la verdad. Y eso sí que no es nuevo.

Los relatos que conforman este libro de Vicente nos devuelven efluvios y recuerdos de una época en la que todo era más sencillo y apasionante, cuando un sello valía algo y un sobre enviado era la medida del tiempo. Cuando uno tenía ilusiones fúngicas sacadas de exabruptos de H.P. Lovecraft, tener el deseo de ser el último hombre vivo sobre la tierra, sea Charlton Heston o Vincent Prince. Encontrar apetitosa una argamasa postapocalíptica como un Ricardo Piglia sin aspiraciones cosmopolitas. Escapar de mujeres escandinavas — como en un reverso oscuro del doctor Trífero, que amanecería mil años después de aquello— y ser un visionario con cierre magistral. Para Vicente el objetivo nunca fue llegar, siempre estuvo en el camino, allí es donde alcanza una mayor dimensión su literatura, donde sitúa a Dashiell Hammett en las calles de Gotham, podrido de miedo y lujuria. El relato sobre Blanca Li tiene algo de terror cósmico mezclado con la vulgaridad de From Hell, pero construye un relato como quien construye una maqueta de la historia de un detective, con su escenario de cartón y sus personajes de plástico en miniatura y, como quien no quiere la cosa, dejar caer un muñeco barato y con hambre atrasada. Detectives borrachos de tópicos y cercanos al paraíso para los que no les gusta salir de sus casas. Un tirito rápido, una glencha para despertarse y sin querer desvelar el misterio, imagen a lo Robert Bloch con una leve erección matutina.

Todos los que vivíamos en la época de los videoclubes sabemos que no había nada como una buena portada. Lo de dentro daba igual. Era como las cintas para spectrum, que tenían mejor portada que jugabilidad. Por eso Fiesta de los Maniquíes, con ese guiño al ángel Coppini, el poeta del aislamiento pop, Vicente atrapa en una cápsula de giallo, con Lucio Fulci fumando puros con Chicho Ibáñez y la música de los Goblins, con esos colores cárnicos excesivos, como una película de Super-8 expuesta hasta el límite de la locura.

La misma que atrapa al lector de Marvel cuando escucha las historias de los bosques donde habitaba Lobezno o el peyote con el que el Llanero Solitario impregnaba sus balas — hay gente que dice que era mercurio fundido, que provocaba la muerte lenta —, como si Aldous Huxley se hubiera postulado a ser parte del “Círculo Lovecraft” enviando hojas amarillentas impregnadas de distintos químicos.

Uno de los mejores relatos del libro es El lunar, porque no necesita más que un poco de cotidianidad, te coloca frente al abismo del protagonista, huevo de pascua en la historia, que simplemente intuyes que se encuentra en una situación complicada, un poco de la especia preferida de Stephen King — la chispa inesperada del terror un día cualquiera — y la polaroid se ha revelado sin darte tiempo para saber hacia qué abisal final nos ha lanzado el cuento. Fascinante. Solo para drugos, El juego, es otro de los textos fundamentales del libro. Parte de la España de Eloy de la Iglesia, como telón de fondo, jeringuillas como ortigas, desvaneciendo la inocencia del mundo analógico. El relato desbocado, que te hace enmudecer, con dejes a lo Cortázar, rompiendo los huesos del escenario mientras, de nuevo, el mundo se agrieta bajo nuestros pies y lo regamos con sangre joven.

En Magia nos encontramos un poco del animismo de culto pagano, el monstruo integrado en la sociedad, ensamblar la existencia real con el abismo, la momificación de la víctima, cuando no existía enfermedad ni cultura de cancelación, cuando se admitía todo porque cada uno elegía lo que consumía. En este libro, que sirve a la vez como recuerdo y como recordatorio, encontramos que hemos dejado que los tabúes desaparezcan de nuestro alrededor, no por su condición maligna, no… es una cuestión de corrección política. Estamos tan contaminados de ella que todo asomo de romper con lo establecido queda reducido al ámbito de la literatura subterránea. Ahí encontraremos la libertad para dejarnos llevar hacia la oscuridad. Ya solo se permite fumar en los poemas. La maldad, la corrupción, el sadismo en primera plana de las redes sociales y la prensa del corazón y la experimentación, los hombres de las praderas, la electricidad, escondidos en los restos de la materia que circulaba por cartas sin remite alrededor del mundo.

Fito Páez en Rosario (Osario de los tristes) aporreando el piano de su abuela, pronto fantasma trágico en la ciudad de pobres corazones, creando ambientes de ultratumba en vivo para el pase por televisión de alguna pieza de Ibáñez Menta. La mala semilla, suministro y fiemo nutriente de la pesadilla, entre Poe y Narciso. Entre la barriga de Alfred Hitchcock y los domingos de los primeros noventa, con Noche de Lobos en Antena 3. Antena 3 era joven y yo un niño, mi padre me dejaba ver solamente qué película había elegido Juan Luis Goas: “Buena luna, criaturas de la noche”.

Hay mejores y peores. Por eso cuando uno es bueno te lo crees. Quizá ha envejecido peor Cuento urbano, no por el desarrollo, más bien por la temática. Pinta de Innsmouth nos demuestra que todos somos hijos de los folios en blanco, de las cuartillas amarillentas, de la tinta negra cubriéndolo todo —lo único negro, por cierto, que se permitía H.P. Lovecraft. Aquí, en Motel Margot, seguimos sin juzgarle—, esos sobres desgarrados con el abridor, acumulados en cajas de zapatos, conteniendo toda la memoria prohibida del mundo, listos para ser enviados, como esporas, de un lugar a otro del globo. Y el sueño. El lugar del miedo de los ochenta. Heredado hasta hoy. Dmtfagos, entre Alien y Freddy Krueger pasando por las vainas de La invasión de los ladrones de cuerpos.

En el S.XIX los territorios desconocidos eran los continentes inexplorados, en el XX el espacio silencioso donde nadie escucha tus gritos y hoy la internet profunda, donde la sepsis es inmediata en el momento que te conectas.

No podía faltar la adictiva presencia del láudano entomológico, el pico televisado entre David Cronenberg y la máquina blanda o el yuppie pasado de turbina que corta con sangre el perico y lo toma directamente de la cuchilla. Una tarde de agosto y El farolito han vuelto a mi vida. Llevaban ocultas en algún pliegue de memoria profundo. Entre los Zona de Obras y los Monográfico. Allí donde siempre soñé con publicar algún día. Donde Vicente, de alguna manera, nos abrió el camino a todos. Los que queríamos estar al margen, pero queríamos estar. Trabajar y teclear, como una banda de garaje bien engrasada, surfeando con los Cramps, enamorados de Silvia Superstar, apurando en Escena doméstica en el bar de un barrio obrero tiene algo de la escena inicial de El crack de José Luis Garci. Más auténtico que Tarantino.

Otro de los grandes relatos es Una vida modelo. La menos pulp de las historias, la que no tiene más referencias que la que puede uno obtener de los días que salen de una fotocopiadora estropeada. El entrañable Vicente en León, con Bruce Lee y que nos recuerda la que es, en mi opinión, su obra cumbre Regresiones — editada en 2015 por Lupercalia— o El paseo, también, de algún modo emparentada con esa época más personal, de diario novelado, también Calor o Mirantes. Una manera de dejar su impronta más confesional entre las transgresoras historias del libro.

Las setas y otros relatos de la era pulp es un catálogo de obsesiones, un almanaque de unos años que desaparecieron en un parpadeo, cuando parecía que iban a ser eternos, una manera de traer a esta línea del tiempo extrañas escenas olvidadas mientras la distopía sigue con hambre.

Octavio Gómez Milian, 
Motel Margot, 20 Minutos




jueves, 2 de septiembre de 2021

LAS SETAS en la LIBRERÍA SPUTNIK



Ya no me preocupa mucho, si he de ser sincero, cada vez menos, dónde estarán hoy, después de tantos años, mis libros, a qué hogares y corazones habrán llegado, qué fibras y emociones habrán tocado, etcétera, pero sí que me viene a la memoria, como una magdalena agridulce de Proust, el tiempo en que aún me importaba verme en la palestra y en los escaparates de las librerías, pensando que así aumentarían mis ventas... Deja a tus libros estar, pienso ahora, en plena crisis de los cincuenta (y cinco), que sigan su camino, es mi filosofía... Pero lo que sí me hace todavía ilusión es encontrármelos por sorpresa, por pura casualidad, dando un paseo por mi ciudad: ahí lo tenéis: Librería Sputnik, León, entre otros títulos de editoriales afines: nuestro será el Reino de los Cielos...

Vicente Muñoz Álvarez



A MEDIANOCHE ME LLEVARÉ TU ALMA



¿QUÉ es la vida? / Es el comienzo de la muerte. / ¿Y qué es la muerte? / Es el final de la vida. / ¿Qué es la existencia? / Es la continuidad de la sangre. / ¿Y qué es la sangre? / Es la razón de la existencia.

Con estos tenebrosos versos en boca de Zé do Caixão arranca A medianoche me llevaré tu alma, del brasileño José Mojica Marins, una de las más irreverentes cult movies de todos los tiempos, perversa y sadiana, tremenda e inolvidable.

A continuación, unos créditos espeluznantes, un coro de gritos desgarradores y una alucinada bruja recomendándonos que, por nuestro bien, abandonemos la sala... Para dar seguidamente paso a las tropelías de Zé do Caixão, un ángel demonizado con sombrero de copa, ojos sanguinolentos y uñas largas, carismático, despiadado y estremecedor.

Ecos de Nietzche y de Poe, de Huysmans y Sade, de Buñuel y la Hammer, y una atmósfera de total pesadilla y blasfemia hacen de esta película una pieza clave del cine de horror.

El personaje de Zé do Caixão tuvo continuidad en secuelas como Esta noche poseeré tu cadáver y El despertar de la bestia, y permanece (como una especie de Freddy Krueger en versión latina) aún vivo en la actualidad.

Su última aventura lleva por título La encarnación del demonio (2008).

Vicente Muñoz Álvarez,
de Películas que erizan la piel
(Canalla Ediciones, 2019)