viernes, 31 de enero de 2025
jueves, 30 de enero de 2025
GRISTEZA
por las nubes bajas
por el cielo triste
por la lluvia amarga
como una asfixia
como una angustia
como una amenaza
lo irreparable
se desborda
gota
a gota
dentro de mí
Vicente Muñoz Álvarez
Foto por Marlus León
martes, 28 de enero de 2025
NOSFERATU
Yo, que no suelo ser con nada en la vida de términos medios, con el Nosferatu de Robert Eggers, a diferencia de casi todo el mundo, sí que lo soy: no me parece, en absoluto, una obra maestra, como muchos afirman, ni tampoco, como tantos dicen, una mala película. La peor adaptación, eso sí, de los tres Nosferatu clásicos, porque las de Murnau (1922) y Herzog (1979) le dan mil vueltas, y el film más flojo, para mí, de Eggers hasta el momento, sin comparación con La bruja, El faro y El hombre del Norte. Pero tampoco, desde luego, una mala película: buenas interpretaciones (algo histéricas y pasadas de rosca, sobre todo la de Lily-Rose Depp), estupenda ambientación y atmósfera (lo mejor y más logrado), muy digno y poético final, etcétera.
Lo que no sé es cómo ni por qué tanta gente (incluido yo ahora mismo) está hablando de ella, dándole una publicidad gratuita que no se merece... Y en eso Eggers, o quien se haya encargado del marketing, sí que han sido hábiles, hay que reconocérselo: distintos modos de alterar, subliminalmente, la conciencia y el punto de encaje...
En suma: quien quiera ver un buen Nosferatu, que vaya a las fuentes y clásicos, y este nuevo Orlok, pútrido y aguardentoso (ni el bueno de Tom Waits, después de una semana de farra, lo superaría), para los millennians y woke, tan necesitados de reinterpretaciones y sangre nueva.
Vicente Muñoz Álvarez
domingo, 26 de enero de 2025
miércoles, 22 de enero de 2025
DEL FONDO en LA NUEVA CRÓNICA
Vicente Muñoz: "Ya no sirve el criterio propio,
sino el que nos quieren imponer"
Es una de las premisas en las que se basa el poeta para relatar toda la oscuridad que llena las páginas de su poemario ‘Del fondo’, reeditado hace poco por el sello Underdog Ventures
Camino Díez Llamazares, La Nueva Crónica 22/01/2025
Poeta, narrador y editor leonés, el polifacético Vicente Muñoz Álvarez publicó hace poco una nueva edición de su poemario terrorífico ‘Del fondo’. Acompañado de sugerentes ilustraciones elaboradas por Andrés Casciani, algunos de sus versos son buena reseña: «Del fondo,/ de las tinieblas,/ de allí abajo,/ de lo oscuro,/ de lo viscoso,/ de lo insondable,/ de lo profundo,/ de lo innombrable,/ del refugio que en las pesadillas/ uno jamás logra encontrar». Y de todo ello escribe el autor entre las páginas de una obra editada esta vez por el sello Underdog Ventures.
– ‘Del fondo’ vio la luz por primera vez en 2018, habiendo tomado entonces su publicación ‘Buscando la luz’ como caldo de cultivo. ¿Qué cambios presenta esta nueva publicación?
– Básicamente de diseño y formato, más pequeño y apaisado, para contener cada ilustración en una sola página, en vez de en dos, como en la edición anterior, de manera que se puedan leer y ver de un solo golpe de vista. Y una nueva y espectacular portada de Andrés Casciani, que le da un aire mucho más ‘pulp’ y llamativo.
– En una entrevista para La Nueva Crónica con motivo de aquella primera obra –por otra parte, autoeditada con su sello Vinalia Trippers– hablaba de su temor a que una mala edición le hiciera «perder fuerza» al poemario. Esta vez publica con Underdog Ventures. ¿Cómo se despejó ese temor?
– La peculiaridad de este libro, ‘Del fondo’, es que los 75 poemas narrativos que lo integran están profusamente ilustrados por Andrés Casciani, conformando una especie de ‘cómic book’ o novela gráfica tremendamente impactante. Una edición descuidada o mal diseñada restaría, efectivamente, mucha fuerza y belleza a la obra, por lo que la primera edición decidí publicarla yo mismo con mi sello editorial, Vinalia Trippers, y nuestro magnífico diseñador, Rodrigo Córdoba, recientemente fallecido, al que está dedicado el libro. El resultado fue, afortunadamente, una edición estupenda y estéticamente maravillosa, que Underdog Ventures ha querido volver a publicar, como digo, con un nuevo formato y diseño. Con ellos, en cambio, no hubo ningún temor, porque ya antes habían reeditado otro libro mío, ‘Películas que erizan la piel’, y el resultado fue espectacular. Son, además, los editores de Páramo y los distribuidores de La Sombra de Caín, y tienen experiencia y buen gusto, así que todo ha ido sobre ruedas y el libro ha quedado de lujo.
– Al contrario, ¿considera entonces que gana en vigor?
– Sin duda, al tener un formato más manejable y ligero, y al poder leerse el texto y ver cada ilustración en una sola página, de un solo golpe de vista, lo que dota de mucha más fuerza dramática y expresiva al conjunto.
– En aquella misma entrevista confesaba que «el predicador podrían ser hoy los gobiernos y el propio capitalismo que nos está llevando a los abismos más profundos». ¿Ha cambiado su visión con el transcurso de estos últimos años?
– No, todo lo contrario, por desgracia. Hay deliberadamente en este libro dos capas y posibles lecturas: una, como un poemario o novela de horror puro y duro, claro homenaje a Lovecraft y David Cronenberg, que gustará a los amantes del género, y otra como una crítica social a los gobiernos y poderes públicos de las sociedades capitalistas modernas, que cada vez, pese a su aparente espíritu democrático y progresista, controlan más a los individuos. No solo ya a nivel político y administrativo, sino también a nivel ético, moral y sociocultural, queriendo reeducarle e imponerle cómo comportarse, actuar, hablar y pensar. La cultura woke y la Agenda 2030 son un ejemplo claro de esto, hasta el punto de que todo lo que no se avenga a esa forma de pensamiento único es tachado de inmoral o, lo que es peor, directamente cancelado. Eso es algo que hace unos años hubiera sido impensable y hoy es la tónica en todo el mundo civilizado. Ya no sirve ni se respeta el criterio propio, sino el que nos quieren imponer, justificándolo como el mejor de todos los posibles, y eso es una clara restricción de la libertad personal y una injerencia de la Admnistración en los derechos y la intimidad de los administrados. Nos quieren hacer creer que vivimos en la sociedad más libre de la Historia, cuando la realidad es que cada vez, sin darnos cuenta, somos más esclavos y dependientes de los gobiernos, económica, moral y sociológicamente hablando. Y esa es la segunda lectura o capa de ‘Del fondo’, y la que en realidad más me interesa y le confiere vigencia, donde un predicador / político, controla a unos fieles / administrados, arrastrándoles a un abismo / pensamiento único. Es lo que, por ejemplo, quiso hacer George A. Romero en ‘La noche de los muertos vivientes’: una película de terror y de zombis, y otra de crítica social y ciudadanos enajenados por el capitalismo y los gobiernos. Y esa es, precisamente, la idea e intención de este libro.
– ¿Determina el contexto en que nos encontramos esa oscuridad que describe en ‘Del fondo’ o tiene más que ver con una especie de sello de identidad del ser humano?
– Como acabo de señalar, por un lado vivimos en sociedades absolutamente manipuladas y controladas por los gobiernos, como ya vaticinó George Orwell en su novela ‘1984’, donde un Gran Hermano es el líder todopoderoso de un Partido único que vigila constantemente a los ciudadanos, y por otro lado la propia naturaleza del ser humano parece que va avocada a esa forma totalitaria de control. Basta con repasar la Historia para comprobarlo, con Hitler como ejemplo más claro. Miedo, en el fondo, del ser humano a ser realmente libre, imagino. Y reivindicación, en mi caso, con este libro y toda mi obra, de un anarquismo como el de Thoreau y su maravilloso ‘Walden’, que es, en suma, lo que buscan los habitantes de ‘Del fondo’.
– Esa oscuridad adquiere un matiz gráfico de la mano de las ilustraciones de Andrés Casciani. ¿Las obras sirven para complementar el relato o cree que funcionarían de manera independiente?
– La simbiosis con Andrés Casciani ha sido perfecta, porque supo captar a la perfección el espíritu desasosegante y claustrofóbico del libro, hasta, como bien dice Pablo Malmierca en el epílogo, no saber qué fue antes, si el texto o la ilustración. Ha sabido plasmar en imágenes todo el horror y el espanto del libro, las mutaciones genéticas que en él se describen, muy al estilo de la Nueva Carne de Cronenberg, los lúgubres túneles donde se desarrolla la acción, los cambios corporales de los habitantes atrapados en los pasadizos, los monstruos y aberraciones que les persiguen, y la poética de su instinto de supervivencia y búsqueda de la luz. Las ilustraciones podrían funcionar de manera independiente, lo mismo que el texto, pero lo peculiar y magnífico de este libro es precisamente cómo funcionan juntos, convirtiendo su lectura / visionado en una experiencia casi alucinógena.
– No es la primera vez que publica una versión extendida de alguna de sus obras. El año pasado ocurría con ‘Películas que erizan la piel’. ¿Se termina alguna vez de escribir un libro?
– Yo personalmente, casi nunca. Por eso vuelvo una y otra vez sobre ellos, porque considero que nunca están realmente acabados. Y también, todo hay que decirlo, porque he tenido siempre la suerte de que haya editores dispuestos a reeditar casi todos mis libros.
– ¿Qué planes tiene ahora en la recámara?
– El más inmediato, una extensa antología de mi obra poética, desde 1999 a 2025, para la editorial Páramo, paralela a Underdog Ventures, que saldrá este mismo año, además de algún otro que no quiero de momento desvelar.
lunes, 20 de enero de 2025
BAJO LA PIEL
Otra de esas películas capaces de volarte la cabeza y alterar, nunca mejor dicho, tu conciencia, como si de una droga psicodélica se tratara, Bajo la piel (Under the skin, 2013), de Jonathan Glazer (el director de la tremenda Sexy Beast, que asimismo os recomiendo) se ha convertido en poco tiempo en un filme de culto, pieza clave del cine de ciencia ficción del nuevo milenio, aplaudido por muchos y denostado por otros tantos, como suele suceder siempre con este tipo de películas: o se la ama o se la desprecia, no hay términos medios.
Yo estoy entre los primeros, sin duda, por muchos y muy diversos motivos: Scarlett Johansson, magnética e irresistible, que borda su papel de alienígena; una fascinante banda sonora (de Mica Levi) y fotografía; una historia enigmática y melancólica (inspirada en una novela de Michel Faber) abierta a múltiples interpretaciones; y el pulso narrativo del director, Jonathan Glazer, que con muy pocos diálogos consigue involucrar al espectador en la trama y seducirle con una hipnótica puesta en escena.
No me importa tanto el mensaje de la película, quizás excesivamente hermético (como critican sus muchos detractores), ni las influencias que tiene (Kubrick, Tarkovsky, Lynch), sino disfrutar de la atmósfera de ensoñación que recrea, gélida y decadente, ominosa y solitaria, la extrañeza de los actos de la protagonista y lo sorprendente de muchas secuencias.
Lenta y pausada, inquietante y poética, Bajo la piel se clava como una aguja envenenada en el subconsciente, dejando un montón de preguntas e imágenes centrifugándose en la cabeza y una rara sensación de tristeza al fondo del corazón.
Para mí, en suma, una maravilla de película: juzgad, cuando la veáis, vosotros mismos.
Vicente Muñoz Álvarez
sábado, 18 de enero de 2025
viernes, 17 de enero de 2025
miércoles, 15 de enero de 2025
DEL FONDO: Epílogo por Pablo Malmierca.
DESDE EL FONDO
Querido lector, si tus pasos te han llevado hasta este epílogo habrás descubierto que como decía Dante "el camino al paraíso comienza en el infierno". Pero a diferencia de Dante, Vicente Muñoz Álvarez hace el camino inverso desde lo conocido, y a través de un viaje alucinatorio iniciado junto al predicador, nuestro hombre comienza a disolverse en la búsqueda de un nuevo ser.
Este descenso alucinatorio hacia el infierno personal se vuelve tangible si volvemos nuestros ojos hacia las ilustraciones de Andrés Casciani, el magistral empleo del blanco y negro con figuras que en todo momento se van diluyendo a nuestra vista, que se van transformando en otro cuerpo que en ningún momento llegamos a vislumbrar. En la palabra y en la imagen el mundo se deshace hacia formas muchas veces conocidas, predomina lo antropomórfico sobre cualquier otra referencia, pero siempre disolviéndose, transformándose, envuelto en un aura de oscuridad que otorga una personalidad propia al infierno personal que nos muestra Vicente, aunque este infierno se encuentre en la propia cabeza del personaje principal.
Poesía narrativa que como ya indiqué participa de los principios dantescos del infierno, del viaje iniciático, aunque aquí más alucinatorio que intelectual. No hay que olvidar que una de las ediciones más completas de La divina comedia es la que aparece ilustrada por los grabados de Gustav Doré. Como habrá podido comprobar el lector tras terminar el viaje inducido por Vicente y Andrés, la simbiosis ha sido perfecta y muchas veces cuesta pensar qué fue antes, si la ilustración o la palabra. Se convierten así en un perfecto nuevo cuerpo que como el texto o la imagen se va transformando ante los ojos atónitos del espectador.
Es fundamental cómo la carne es lo único que queda, el alma desaparece y es esa carnalidad la que define al hombre. Jorge Fernández Gonzalo, en su ensayo La muerte de Acteón, publicado por Eutelequia en el año 2011, se plantea en la primera página la siguiente pregunta: "¿es posible escribir el cuerpo, decirlo, hablar sobre él, o toda palabra está destinada a componerlo mediante una violencia y una elaboración, a fundarlo al mismo tiempo que se corrompe?". Si has llegado hasta aquí sabrás que la respuesta que nos ofrece Del fondo nada tiene que ver con planteamientos filosóficos, para Vicente la respuesta está en Yillmora, el lugar de los antepasados, y por paradójico que parezca el cuerpo se renombra a través del recuerdo. ¿Paraíso perdido o Tierra prometida? A estas alturas, querido lector, ya sabrás la respuesta: el infierno se ha convertido en teleología pura, el descenso simplemente es eso, oscuridad, profundidad, desgarramiento, no hay salvación; la huida, la metamorfosis, el renacimiento en una nueva raza. No hay salvación, solo supervivencia. Una nueva raza adaptada a unas nuevas condiciones de vida.
Un hábitat cambiante, deformado. No es solo el cuerpo el que cambia, los túneles sufren una metamorfosis continua, enloquece el entorno, enloquecen los cuerpos. Mundo en continua mutación, solo el perseguidor es invariable, la tenia que devora los cuerpos se mantiene, el mal no cambia, los hombres sufren el estrés en su propia carne, en su propia concepción del mundo.
La nueva raza pierde toda su humanidad, pero curiosamente hacia una animalidad simbionte con el ambiente, el túnel es la conciencia de este nuevo renacer. Pero renacer significaría salir de nuevo a la luz, el único habitante de la luz ha fallecido, el predicador que nos ofreció la salvación nos ha condenado a un estado de perpetua oscuridad. El laberinto es su propio fin, la luz una entelequia que existe en la mente, el sufrimiento, el horror, serán la realidad absoluta. Aunque la esperanza nunca se ha perdido. Y es aquí donde aparece uno de los recursos más recurrentes en la obra de Vicente Muñoz Álvarez: la antítesis, que en esta obra se convierte en motor, como tantas otras veces, de su creación. Nuestro viajero no es más que la reproducción de una dicotomía a nivel estructural: la realidad oscura, dura, recién parida del pensamiento de Lovecraft o del mismo Aleister Crowley aparece opuesta a la promesa futura del predicador, el regreso a Yillmora donde lo mítico se mezcla con el disfrute de la carnalidad. Y es este el punto crucial de Del fondo: una crítica a todo intelectualismo que trate de oponerse al sensualismo. La negación del cuerpo lleva a las peores letrinas del alma, a los abismos más insoldables, rechazar la carnalidad, la renuncia al carpe diem, solo puede llevarnos a engendrar un nuevo cuerpo sufriente, doliente, al más puro estilo de los santos martirizados. Yillmora es nada más que una idea en la mente de los habitantes del túnel, y mientras tanto el laberinto, su hábitat, fagocita de tal manera sus cuerpos y sus mentes que acaban olvidándose de lo que eran: pura vida.
Y es aquí donde se despliega Del fondo como una alegoría al más puro estilo del realismo especulativo. Vivimos presos de las promesas de un predicador que nos engaña y manipula para que estemos donde quiere que habitemos, el inframundo, donde convertidos en una nueva raza, al más puro estilo lovecraftiano, intentamos sobrevivir mientras no somos más que las piezas de un puzzle controlado por el coleccionista. Estamos ante la gran metáfora del mundo moderno, vivimos controlados por los medios de masas, el mainstream ha conseguido cercenar la realidad de nuestro cuerpo, nuestro sensualismo, en pos de meras quimeras dibujadas en nuestra mente por la publicidad, por una realidad filtrada por internet y la televisión. Nos hemos convertido en meros prisioneros de las expectativas que nos inyectan día a día en nuestras mentes. Estamos siendo bombardeados continuamente por imágenes de felicidad que nos impelen a vivir fuera de nosotros mismos, en pos de una quimera inexistente. Renegamos de nosotros mismos, de nuestro cuerpo, y acabamos siendo atrapados por enfermedades que cada vez tienen más su origen en la somatización de nuestro entorno: el túnel se convierte en nosotros mismos, o ¿éramos nosotros los que nos convertíamos en el laberinto inmundo?; los límites se difuminan al igual que se difumina el cuerpo y se convierte en otra cosa, en una abominación que trata de expulsarse de sí mismo hacia fuera, hacia la promesa de otro mundo, de otro cuerpo que ya no es vida, simplemente huida y resurrección, en este caso en corrupción del propio ser, como de forma tan precisa ha sabido captar Andrés Casciani.
Querido lector, quizá llegados a este punto debamos alejarnos de nuevo, el túnel me llama, no puedo evitar que me controle, la verdad no nos es permitida a los habitantes del inframundo.
Pablo Malmierca
Segunda edición a la venta en Underdog Ventures:
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lunes, 13 de enero de 2025
DEL FONDO en casa de JULIA NAVAS MORENO
Qué apetecible el nuevo formato de esta segunda edición. Se agradece la apuesta de Underdog Ventures por el rescate de títulos como este para lectores que no nos gusta lo obvio. DEL FONDO es una joyita en la que palabra e ilustración se funden y de ello nace un híbrido perfecto con la autoría del poeta y narrador Vicente Muñoz Álvarez y el ilustrador Andrés Casciani.
Julia Navas Moreno
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domingo, 12 de enero de 2025
jueves, 9 de enero de 2025
DEL FONDO en DIARIO DE LEÓN
Insomnio y terror poético
de Vicente Muñoz en ‘Del fondo’
Pacho Rodríguez / Diario de León 9-1-2025
Underdog reedita el personalísimo poemario
del autor leonés, con ilustraciones de Andrés Casciani
Aunque Vicente Muñoz escribe desde las tripas, mantiene una estética que le conecta con el relato de terror, la literatura beat, las películas de serie B... Universos creativos de los que se empapa para luego dar rienda suelta a sus demonios. En Del fondo hay de todo eso. Porque desde el insomnio llega a la fantasía. Y desde la realidad, a la crítica social de un sistema que no le gusta y que con el tiempo trata más que con rebeldía con decepción. En el negocio literario se mueve con espíritu outsider para que lo que escriba vuele en libertad, que es también su ámbito innegociable. El tándem que forma con la editorial Underdog es como si hubieran sido creados el uno para el otro. Películas que erizan la piel o este Del fondo lo confirman en las flamantes ediciones que sirven además para actualizar la obra del autor leonés.
Jesús Palacios señala que en Del fondo surgen las visiones más aterradoras, pero también más fascinantes. Surgen las preguntas más angustiosas, pero también las respuestas más necesarias. Del fondo nos ha traído Vicente Muñoz Álvarez, siguiendo los pasos perdidos de Poe y escalando en sentido inverso el Monte Análogo de Daumal y las montañas dementes de Lovecraft, esta épica infernal de la nueva y vieja carne, esta crónica bíblica de un éxodo post-humano en pos de una revelación que quizá sea, simple y rugosamente, que no hay luz al final del túnel, sino sólo y por siempre oscuridad. Oscuridad. Oscuridad».
Cuenta también «Del fondo con la aportación de Pablo Malmierca, que ofrece otra perspectiva en la que destaca que «es poesía narrativa, que como ya indiqué participa de los principios dantescos del infierno, del viaje iniciático, aunque aquí más alucinatorio que intelectual. No hay que olvidar que una de las ediciones más completas de La divina comedia es la que aparece ilustrada por los grabados de Gustave Doré. Como habrá podido comprobar el lector tras terminar el viaje inducido por Vicente y Andrés, la simbiosis ha sido perfecta y muchas veces cuesta pensar qué fue antes, si la ilustración o la palabra. Vivimos presos de las promesas de un predicador que nos engaña y manipula para que estemos donde quiere que habitemos, el inframundo, donde convertidos en una nueva raza, al más puro estilo lovecraftiano, intentamos sobrevivir mientras no somos más que las piezas de un puzzle controlado por el coleccionista. Estamos ante la gran metáfora del mundo moderno, controlados por los medios de masas, el mainstream ha conseguido cercenar la realidad de nuestro cuerpo, nuestro sensualismo, en pos de meras quimeras dibujadas en nuestra mente por la publicidad, por una realidad filtrada por internet y la televisión».
Ya el autor indicaba en su momento que «este libro coincide con una época en la que leí a H.P. Lovecraft y a los autores su círculo compulsivamente, y eso, mezclado con el cine de David Cronenberg, los cómics de Charles Burns y algunas otras influencias, están muy presentes en la obra. Se trata de un poemario narrativo y con argumento, que se puede leer como una novela. Decidí escribirlo en verso (libre, por supuesto) porque me pareció que le iba mejor el tono elegíaco y apocalíptico, visionario y alucinado de la poesía decadentista».
Segunda edición a la venta en Underdog Ventures:
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martes, 7 de enero de 2025
DEL FONDO: Prólogo por Jesús Palacios.
LA OSCURIDAD AL FINAL DEL TÚNEL
Podría decirse que la mejor poesía es el lenguaje de los sueños, libre de las necesidades lógicas de la narrativa, con sus personajes, convenciones y argumentos. En una poesía que a lo largo del tiempo se ha liberado también de servidumbres técnicas y esclavitudes métricas, nuestros deseos y temores, nuestras pulsiones y visiones más oscuras encuentran su más perfecta traducción, habitando el espacio entre mundos de la noche, en el bosque del inconsciente, individual y colectivo, junto a los ángeles y demonios que lo pueblan. Y de ese mundo cenagoso, de la viscosidad onírica que no puede ni debe nombrarse pero que rezuma en todos nosotros desde los pozos arcanos de nuestro pasado como especie, reviviendo cada noche el amanecer de un tiempo anterior y ajeno al ser humano, es de donde proceden también las visiones alucinadas y terribles de este nuevo Vicente Muñoz Álvarez que ha subido “Del fondo” para traernos con él secretos terribles y hermosos, arrastrándonos a un viaje de pesadilla en pos de una iluminación que nunca llega, porque no puede llegar nunca.
Como un Lautréamont o un Rimbaud que hubieran leído el Necronomicón, pasando su infancia encadenados en una oscura y húmeda sala de cine abandonada, donde se proyectaran en bucle continuo las primeras películas de Cronenberg, Lynch y Clive Barker, Vicente Muñoz Álvarez desgrana con verbo hipnótico y viscoso una Odisea post-humana engañosa y trágica, por la que se arrastran penosamente los restos de una humanidad doliente, engañada por falsos profetas y mesías dementes, atrapada en un universo-túnel del que no solo es imposible escapar, sino que la deglute, fagocita y vomita, como si de una entidad monstruosamente consciente y viva se tratara, sin finalidad ni razón alguna. Las páginas que nos ofrenda “Del fondo” son el obsceno negativo de Bunyan o de un Dante: mientras aquellos ascienden del mundo terrenal o incluso del infierno mismo al reino celestial, Vicente desciende a unos perversos abismos de pasión cuya mera invocación es capaz de hacernos enloquecer. Abismos borboteantes de una vida blasfema, de una carne enferma, necrótica y licuefacta, que sin embargo se convierten en perfecto huésped simbionte de los desdichados seres que se ven condenados a deambular por ellos, quizá eternamente. El túnel del horror que describe “Del fondo” no es el túnel de la bruja de un parque de atracciones con sus trampantojos ingenuos, charadas sangrientas y sustos de salón. Es un pasadizo involutivo y mutante que conduce interminable, como una pegajosa cinta de Moebius secretada por el putrefacto ano del universo, a los misterios más oscuros de la creación, a lo que se esconde tras la fachada temblorosa y llena de grietas de eso que llamamos ingenuamente realidad. Con Vicente y su doliente pueblo elegido, viajan también monstruosidades orgánicas vivas o no-muertas, criaturas de pesadilla surgidas de la coyunda bestial entre El Bosco y Lovecraft, Brueghel y Giger, Goya y Charles Burns, gloriosamente retratadas por las no menos visionarias y alucinadas ilustraciones de Andrés Casciani. Monstruosidades que son legión al tiempo y a la vez que Una sola, grande, eterna y abyecta. Animálculos mutantes que se funden y confunden con nosotros, que nacen, se reproducen y no mueren dentro de nuestros cuerpos de mercurio, que gritan, ríen y lloran en nuestras mentes prisioneras y nos miran todas las mañanas al despertar desde el espejo.
“Del fondo” surgen las visiones más aterradoras, pero también más fascinantes. Surgen las preguntas más angustiosas, pero también las respuestas más necesarias. “Del fondo” nos ha traído Vicente Muñoz Álvarez, siguiendo los pasos perdidos de Poe y escalando en sentido inverso el Monte Análogo de Daumal y las montañas dementes de Lovecraft, esta épica infernal de la nueva y vieja carne, esta crónica bíblica de un éxodo post-humano en pos de una revelación que quizá sea, simple y rugosamente, que no hay luz al final del túnel, sino solo y por siempre oscuridad. Oscuridad. Oscuridad.
Jesús Palacios
Segunda edición a la venta en Underdog Ventures:
Booktrailer:
sábado, 4 de enero de 2025
viernes, 3 de enero de 2025
miércoles, 1 de enero de 2025
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